EN UNA TARDE CUALQUIERA
cuando la palabra se ausente
y sonríe su decir,
cálido y tenue.
Aromas de siega
lo trae en volandas
en un atardecer,
que a falta de pincel,
se pinta a espátula.
que está muda la palabra
por no conquistar ya a nadie,
por torpe y desgastada.
Vocea nuevas esperanzas,
con anhelada franqueza,
antes de que caiga la noche
y ya no se escuche nada.
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