VISUAL Y ENTRETENIDO
La culpa de esta vistosa propuesta gastronómica la tienen unos restos de salmón a la plancha que llevaban en el frigorífico un par de días. Había que comerlos ya. La opción más sencilla era sacarlos a la mesa tal cual con un previo "golpe" de microondas. Pero cuando mi decisión parecía estar ya tomada, vi dos hermosos aguacates que comenzaron a proporcionarme sugerencias encaminadas a enaltecer los solitarios restos de pescado. Cualquiera de las que pasaron en ese momento por mi mente podía servir. Finalmente me incliné por un timbal, una forma de presentación que me encanta, de guacamole y salmón.
Comencé por elaborar un sencillo guacamole casero a base de aguacate, cebolla, tomate y zumo de limón. Es cuestión de picar muy fino la cebolla y el tomate, agregar el aguacate a dados y ayudados de un tenedor o en el mortero, obtener una pasta. Finalizamos añadiendo zumo de limón y sal al gusto.
Obtenido el guacamole, solo resta introducir la pasta en un molde en forma de cilindro corto y completar la faena con unas lascas de salmón aderezadas con pimienta negra molida y unas gotas de aceite de oliva virgen. Una hora en el frigorífico y listo para desmoldar y servir.
Bastan apenas veinte minutos de dedicación para hacer de lo cotidiano algo entretenido y que lo monótono sea un flechazo para la vista.
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