PACIENCIA Y ESPERANZA
Una nueva lección de la Naturaleza. Cuando planté, allá por
mayo, estas plantas de berenjena, a los pocos días comenzaron a perder su
lozanía. Estuve a punto de arrancarlas y poner otras nuevas. Pero algo me dijo,
“espera”. Y así lo hice. De estar tumbadas en la tierra con apenas dos o tres
hojas, comenzaron a erguirse y a mostrar su verdor. Hoy, respiran vida al
amparo de la Naturaleza y sus ganas de ser y existir. Hoy, he recordado una de
las sencillas reglas de la vida; paciencia y esperanza.