¡CÓMO ME PUSE!
Hoy, en mis deberes diarios, me he propuesto archivar
fotografías. Algo que debería hacer con más frecuencia, pero que voy dejando,
dejando, hasta que me doy cuenta del follón que tengo organizado tanto en el
ordenador como en el disco duro externo. Luego pasa lo que pasa. Cuando quiero
encontrar alguna imagen concreta, me desespero hasta dar con ella. Es en este
proceso de búsqueda cuando me percato de que tengo archivos sin revisar que ni
me acordaba que existían. Así que me he puesto manos a la obra.

Una de las carpetas sin archivar se corresponde con un viaje
familiar a Almería en julio de 2019. Una tierra desconocida para mí hasta
entonces y que tenía muchas ganas de visitar. No me decepcionó en absoluto.
Pintorescos paisajes, con hermosos atardeceres, pueblos de postal, singulares
playas, grandes contrastes y cómo no, deliciosa gastronomía, no exenta de
gratas sorpresas y que irán apareciendo por aquí en su momento. Es el caso de la
torta de pellizco. No recordaba el restaurante donde la degusté, aunque sí que
me acuerdo perfectamente el impacto tan agradable que me produjo. Así que he
acudido a las anotaciones de aquel viaje: San Juan de los Terreros, Villaricos,
Garrucha, Mojácar, Geodas, Carboneras, Aguamarga, Las Negras, El Playazo,
Rodalquilar, La isleta del Moro, El Pozo de los Frailes, Playa de Monsul, Cabo
de Gata, Playa Genoveses, Playa de los Cocedores, Mazarrón, Sierra Cabrera....
Restaurante Casa Adelina, en Turre. Sí, aquí fue, en Casa Adelina, donde probé
la torta de pellizco, entre otras delicias, como unas magras con tomate, conejo
al ajillo o caracoles con tomate. Estaba todo delicioso, pero no sé por qué, la
mencionada torta de pellizco "me enganchó". Recuerdo que me comí la
que me correspondía, una más, y los restos que iban dejando los siete
comensales, conmigo ocho, que formábamos la expedición. Las tortas, con un
curioso toque de sal, iban acompañadas de un alioli, bien de ajo y
espeso. Tal fue mi devoción por este manjar que tuve que pedir más alioli para
seguir disfrutando de ese instante. ¡Cómo me puse!

He intentado averiguar algo sobre estas tortas, pero ha sido
un esfuerzo baldío. Creo que es la primera vez que Don Google me ha dejado
huérfano de conocimiento. Al pedirle información sobre las tortas de pellizco,
han aparecido un sinfín de variedades tanto dulces como saladas, bizcochos,
panes... pero sobre la que hago referencia, nada de nada.
Poco más puedo añadir al respecto. Solo que me pareció algo
delicioso, que me puse las botas y que tendré que regresar a esas tierras para
volver a probarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario