EL ÚLTIMO BESO
que se secaba una lágrima
con sabor a despedida.
El horizonte se desabrochaba
de las últimas luces del día.
El viento apenas se agitaba
para no ser testigo de ese íntimo instante
fugaz e indeseado.
Nunca un beso fue tan poco comprendido,
solemne y plomado.
Dar un paso atrás
para no sentir el beso desgarrado
Parar el tiempo,
que todo sea un mal sueño,
otra página en blanco,
una nueva bola de barro.
Siéntate aquí conmigo,
bajo el árbol,
y contempla cómo deriva el día
ante el último beso,
la última caricia,
la última mirada,
la última entrega.
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