viernes, 6 de noviembre de 2020

00930 Los Tomates Confitados


 DELICIOSO ENTRETENIMIENTO


El huerto nos ha vuelto a obsequiar de manera generosa con tomates de diversas variedades y entre los que no podían faltar los cherry y los llamados de pera. Este año ha sido un auténtico festival. No ha habido día en el que tan delicioso fruto no nos haya acompañado en la mesa.

A tan abundante caudal había que darle su correspondiente y feliz salida. Así que un fin de semana de laborioso despertar. nos dispusimos, siguiendo al pie de la letra las tradicionales enseñanzas, a embotar tomates para disfrutarlos en días venideros. 

Tras varias horas de escaldar tomates en agua, de quitarles la piel, introducirlos en botes con su correspondiente aliño e higienizarlos al baño maría, lo mejor estaba todavía por llegar cuando dimos un paso más en el fascinante mundo de las conservas. Era el momento de elaborar tomates confitados. Otro nivel, otra experiencia para futuros usos gastronómicos. Eso sí, cargados de paciencia y desprovistos de prisas.

Los tomates confitados los conocí hace algunos años, por lo menos de manera consciente, en un hipermercado que dedicó una semana a los sabores de Italia. No recuerdo con exactitud la variedad de "pomodoros" que contenía el bote ni en qué consistía su aliño. Solo sé que resultaron deliciosos acompañando a unos espaguetis. Tal fue la impronta que dejaron aquellos tomates que desde que disponemos de huerto destinamos varios cientos, sobre todo de la variedad cherry, para embotarlos una vez confitados.

Hay un buen número de recetas para preparar tomates confitados. La que acostumbramos a poner en práctica en casa la sacamos de un libro de recetas de cocina italiana y cuyo resultado nos pareció  sobresaliente. A ella acudimos ya sea para confitar tomates cherry como de la variedad de "pera". Su elaboración es muy sencilla y admite sugerencias. Lo único que se necesita es tiempo y paciencia. Vamos a por ello.

En una bandeja de horno colocamos los tomates que previamente habremos lavado. Si se quiere rizar el rizo, podemos escaldarlos, quitarles la piel e incluso despepitarlos antes de introducirlos al horno. A elegir la opción. Una vez ya en la bandeja salpimentamos los tomates y añadimos unos dientes de ajo enteros, con generosidad, así como ramitas de tomillo y un poco de azúcar. Finalizaremos el preparado rociando los tomates con un buen chorro de aceite de oliva. Introducimos la bandeja en el horno a 90 grados centígrados por espacio de tres horas. Transcurrido este tiempo, damos la vuelta a los tomates y los dejamos en el horno dos horas y media más. Una vez confitados, los sacamos del horno, dejamos enfriar y los introducimos en botes que llenaremos de aceite y al que añadiremos los ajos y ramas de tomillo utilizados.

Solo nos quedará disfrutarlos en ensaladas y pastas, así como con carnes y pescados e incluso como aperitivo hasta donde la imaginación y el gusto nos alcance. 



















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