viernes, 25 de septiembre de 2020

00926 Los Croquetones

RICO, RICO FRITO

Por lo que he podido comprobar en conversaciones de "pasar el rato", los amantes de las croquetas rechazan con rotundidad el popular, tasquero y no siempre bien entendido croquetón. Yo, como ya he dejado de manifiesto en este caleidoscopio vital, soy fan, pero que muy fan, de las croquetas sea cual sea su sabor y en cualquier momento. Por cierto,  ayer una amiga me habló de unas deliciosas croquetas de borrajas. Estoy a la espera de que me pase la receta para elaborarlas y dar fe de esta aparente delicia.

Retomando mi particular estudio de campo sin importancia, los forofos de las croquetas menosprecian los croquetones alegando que solo son un mazacote de masa y que no saben a nada. Mi réplica a este punto de vista es bien sencilla: también hay fiascos de croquetas que lo único que tienen que ver con ellas son la forma. El debate está ya organizado.

Entiendo, por mi experiencia, que no es sencillo dar con una buena croqueta o un buen croquetón, pero cuando por los azares de la vida das con unos buenos ejemplares bien elaborados y bien sustanciados, es un momento para el regocijo sea cual sea su tamaño. También digo que tiene que ser un despropósito de elaboración para que yo sea capaz de desechar este gran invento de la cocina francesa.


Para mi particular gusto, la única diferencia entre croqueta y croquetón estriba en el número a consumir de una tacada y el momento elegido. Si se trata de croquetas puedo comerlas como si no hubiese un mañana, mientras que los croquetones, un par a lo sumo. Dicho lo cual, prefiero el croquetón como aperitivo o tapa, mientras que las croquetas me resultan más adecuadas como plato o degustación. Vamos, que me encanta la bechamel con sabores, rebozada y frita sin que importe el tamaño. Rico, rico frito.






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