jueves, 11 de octubre de 2018

00831 Las Patatas Fritas Enlatadas

BONILLA A LA VISTA


Me encanta el "laterío" en general hasta el punto de convertirse en una debilidad. Cuando voy a un supermercado, una de mis secciones favoritas es precisamente la relacionada con los alimentos enlatados. Rara es la vez que no me encuentro con alguna grata y suculenta sorpresa. Y cuando, ingenuo de mí, pensaba que lo había visto todo en materia de enlatados..... aparecen las patatas fritas. Mi sorpresa fue mayúscula. Jamás me pasó por la cabeza que se pudieran vender patatas fritas enlatadas.

Mi "descubrimiento" no fue en un supermercado sino en un chiringuito de playa en Huelva, "El Portugués",  donde acostumbro a finalizar, con un café, mi paseo matinal en periodo vacacional. Tras pedir el consabido café americano,  mis ojos curiosearon el lugar para detenerse en unos coloristas parterres de variopintas plantas. Justo al lado, algo rompía el encanto. Se trataba de unas blancas latas. Algunas de ellas hacían ya las veces de improvisados maceteros y otras se encontraban apiladas a la espera de uso. Fue entonces cuando mis ojos se clavaron en las letras de los envases: "Patatas Fritas. Fritas con 100% aceite de oliva. Bonilla a la vista". Como digo, nunca había visto ni imaginado que las patatas fritas se pudieran servir desde una lata.


Conocida mi afición por las patatas fritas, tiempo me faltó para pedirle al camarero un plato de ellas, aunque fueran acompañadas de café. El simpático camarero me dijo que imposible, que no tenían y que lo de guardar las latas había sido un capricho del dueño del chiringuito.

A falta de patatas, me dispuse a conocer algo de ellas. Leí que "Bonilla a la vista suelta amarras y se lanza a la conquista de los océanos en el año 1932, en Ferrol, a las órdenes de Salvador Bonilla, padre del actual capitán, César Bonilla".... "En 1950, los momentos Bonilla a la vista eran aclamados por los coruñeses. La bicicleta primero, y la moto Bonilla a la vista de la marca Guzzi después, se convirtieron en navíos de tierra, repartiendo patatas fritas Bonilla a la vista envasadas en latas de 1 Kilo, retornables a las cafeterías de la ciudad"..... "En 1958, a Bonilla a la vista le era imposible crear de forma artesanal sus productos, por lo que el capitán en aquel momento, padre del actual, da orden de detener la producción de patatas fritas. Sin embargo, la idea no desapareció del todo, y 30 años después las patatas Bonilla a la vista regresaron....... gracias a la creación de la fábrica Bonilla a la vista en Arteixo". A partir de aquí, la historia de esta empresa familiar está jalonada de éxitos y proyectos que os invito a leer en su web bonillaalavista.com. Me parece interesante.

A la vuelta a casa supe que una empresa distribuidora las comercializaba en Huesca. Tiempo me faltó para hacerme con una lata de medio kilo. El resultado, unas patatas exquisitas gracias a su fino corte, crujiente textura y especial sabor. La lata garantiza su perfecta conservación durante varios meses. No le dimos tiempo a comprobarlo. Cayeron en un par de días.

Ah! Por cierto, la lata, como las de "El Portugués", está amagada en la terraza de casa a la espera de algún cometido.

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