martes, 31 de julio de 2018

00759 Los Huevos Rellenos de Atún

LOS DE TODA LA VIDA

Hoy me apetecía echar la mañana en la cocina, sobre todo llamado por el interés en  hacer unos huevos duros rellenos de atún; los huevos rellenos de toda la vida. Hay quien es de la opinión de que la cocina es "muy ingrata", por la desproporción existente entre las horas empleadas en la elaboración de algunos platos y el breve tiempo que se tarda en consumirlos. Es un punto de vista. Mirado fríamente, puede que sea así, pero en el hecho de cocinar hay otro muchos factores y sensaciones de suficiente peso que rebaten esa percepción. Pero esto lo dejaremos para otra ocasión.

Los huevos duros rellenos como los canelones o las albóndigas, entre otros muchos ejemplos, son elaboraciones culinarias que perfectamente pueden coincidir con aquel sentir. No son excesivamente laboriosas pero requieren su tiempo. Por eso, cuando nos disponemos a cocinar este tipo platos, hacemos cantidades como si no hubiese un mañana.

Estos huevos duros rellenos de atún, como no podría ser de otra manera, los hago tal y como aprendí hacer de mi madre. Curiosamente no están recogidos en el cuaderno "Sabores de mi madre". Supongo que por su sencillez y nula complejidad, no llegué a escribir la receta en él. Era un plato típico de la época de Cuaresma y de los domingos veraniegos con "huéspedes" en casa. Me encantaban junto a otros que hacía y que algún día también traeré por aquí y que mi madre denominaba, "huevos señoritos". Muy simpáticos ellos.

He elaborado una docena de huevos rellenos, o lo que es lo mismo, dos docenas de medios huevos rellenos de atún. Supongo que la receta no sorprenderá porque son los mismos que se hacen en casa de todas las madres y en las casas de los hijos e hijas que, como yo, aprendieron de ellas. Posiblemente, como en la mayoría de los casos, habrá pequeñas variaciones pero sin excesiva alteración en el resultado final.

Para una docena de huevos, tres latas pequeñas de atún en escabeche, tres cucharadas de tomate frito y mayonesa. Una vez cocidos los huevos se dejan enfriar. Los pelamos y los partimos por la mitad separando la clara de la yema. Añadimos a las yemas las latas de atún en escabeche y mezclamos de forma concienzuda. Incorporamos las tres cucharadas de tomate frito y otras tres cucharadas de mayonesa que previamente habremos elaborado, con el propósito de que el relleno sea más manejable y la masa resultante sea más suave. Volvemos a mezclar bien y con la pasta resultante vamos rellenando los orificios de los medios huevos que han dejado las yemas. Para finalizar, coronamos los huevos con mayonesa. De aquí al frigorífico y servir bien fresquitos. Otro "humilde pecado". Me he venido arriba y hasta les he preparado un lecho de lechuga para que se sintieran  más cómodos y sobre todo, para que no bailaran de un lado a otro de la fuente.










00758 Cervecería Bonilla

DONDE LOS CAMAREROS BAILAN

Si en algún momento visitáis la ciudad de Huelva, me vais a permitir que os recomiende un lugar que tiene un encanto especial. Se trata de la Cervecería Bonilla, en el muelle de las Canoas, uno de los tres establecimientos hosteleros que la familia Bonilla tiene abiertos en la capital onubense.

Me acerqué hasta aquí atraído por el reclamo del baile que ejercitan sus camareros al caer la tarde para dar la bienvenida a los pasajeros del último barco del día que llega al muelle desde Punta Umbría. No decepcionó mis expectativas el pequeño espectáculo que brindaron los profesionales del Bonilla junto a  la implicación del público que aquí se da cita. Son apenas quince minutos en los que los camareros y camareras dejan momentáneamente  sus bandejas para mostrar al público sus simpáticas coreografías. Un cuadro de baile original, simpático y alegre, al que es habitual se unan clientes una vez aprendidos los pasos. En Youtube tenéis un buen número de vídeos para que os hagáis a la idea.

Pero en esta cervecería, evidentemente, no solo es bailar. Es un atractivo complejo hostelero compuesto de distintas zonas para complacer el gusto de la variada clientela: restaurante cubierto, terraza, heladería, coctelería... La oferta es amplia, variada y con distintas propuestas, según apetencias. Desde una tapa/ración generosa y una caña, hasta un menú al uso con productos de temporada,  platos combinados o una socorrida hamburguesa bien presentada. Y todo, a precios muy asequibles. Y si esto es interesante, no lo es menos el sistema de organización del servicio. A pesar de la numerosa clientela que aquí se da cita diariamente, el tiempo de espera desde que pides la comanda hasta que la tienes delante de tí, como se dice ahora, es de cero coma. Todo está delicioso y preciso, pero por dar alguna recomendación para tomar una caña y recrearte con el ambiente, sugiero la ensaladilla de gambas.

Y ya, para completar la visita, entre bocado y bocado, y sorbo y sorbo, solo queda levantar la vista y dejar que se pierda entre los hermosos atardeceres sobre un mar que parece querer hablar. No sé que me da, pero si viviera en Huelva, sería un abonado parroquiano a esta cervecería de los Bonilla.





lunes, 30 de julio de 2018

00757 Los Sentidos en la Cocina

TODOS NECESARIOS

La cocina es un buen recreo para los sentidos. Se divierten, disfrutan, juegan en equipo sabiendo que cada uno de ellos tiene un papel importante en el mientras tanto y resultado final de la acción culinaria.

A través de la vista accedemos a una buena fuente de información y estímulos: cantidades, disposición y presentación de los alimentos en el plato, formas, matices y colores del bodegón culinario sobre un plato. Será la vista, en un primer paso, quien nos acerque o aleje del deseo de comer.

La cocina evoca recuerdos y si hay un sentido experto en ello, este es el olfato. A través de él, rememoramos aromas que nos transportan a espacios y situaciones vividas en un pasado lejano que se hace presente con el simple hecho de oler. Es el gran archivador de los sentidos, el más ordenador, el que mejor memoria tiene.

La textura de los alimentos también forma parte del disfrute de la cocina. Pelar, cortar, sentir los alimentos entre manos y dedos en el acto previo a la elaboración; es el tacto el que entra en juego. Tacto que a su vez se erige en notario de temperaturas y cocción de los alimentos.

El oído es quizás al que menos atención se le presta en este juego de los sentidos en la cocina. Pero no hay que desdeñarlo. A través de él identificamos el laboreo en una de las piezas principales de la casa: El trajín de "cacharros", de los electrodomésticos ayudantes de cocina, el burbujeo de los guisos, el crujir de los alimentos al ser cortados, el ring del reloj que nos avisa del tiempo solicitado.

Y fnalmente, el gusto; el testador de la armonía en el resultado final. El juez que dicta el veredicto, que no es otro que cada uno de nosotros mismos en función de nuestras apetencias y gustos.


domingo, 29 de julio de 2018

00756 Los Espaguetis con Chistorra

ORIGINALES Y SABROSOS

Creo que no me equivoco al decir que los espaguetis lo "soportan" todo. En este caleidoscopio vital,  este tipo de pasta ya ha tenido alguna que otra entrada y las que restan todavía. En esta ocasión,  traigo de nuevo a los espaguetis en compañía del embutido navarro por excelencia:  la chistorra. Una elaboración cárnica que me chifla y que en cualquier momento pasearé, con todo su olor y sabor, por este blog.

En el frigorífico de casa es raro no encontrar una chistorra a la espera de ser consumida en alguna de las numerosas posibilidades que acepta. Es parte del frío decorado,  como lo son  los huevos, la leche, la mantequilla o la botella de agua. Se trata de un embutido de los que yo llamo "de socorro", de los que "apañan" imprevistos y facilitan, de forma original y sabrosa, las elaboraciones prestas e improvisadas. Supongo que así entrarían, en algún día, a formar parte de nuestro recetario doméstico estos espaguetis con chistorra.

Su elaboración no puede ser más sencilla. Una vez hervidos los espaguetis, los reservamos. A continuación, cortamos la chistorra en trozos de unos dos o tres centímetros y los ponemos en una olla  con un poco de aceite de oliva virgen. Freímos la chistorra ligeramente, que el aceite adquiera un color rojizo, y añadimos tomate frito. Cocinamos el tomate y la chistorra durante dos o tres minutos, removiendo continuamente, y ya por último, añadimos los espaguetis. Cocinamos escasamente sin parar de remover un par de minutos, tiempo suficiente para que la pasta coja bien el color y el sabor de la chistorra, y servimos.

El resultado es delicioso, gracias al aporte de sabor de la chistorra.

En cuanto a cantidades, un poco a ojo. Por cada sobre de espaguetis de 250 gramos, unos 150 gramos de chistorra y un bote de 250 gramos de tomate frito.


sábado, 28 de julio de 2018

00755 El Ajo Frito

SALUD E INMUNIDAD


Soy de los convencidos de que una cocina sin ajos es como un jardín sin flores. El ajo es el gran aliado de la cocina y hasta necesario. Y no diré que se genere un drama, pero casi,  cuando empiezas a cocinar, abres el frigorífico para coger unos dientes de ajo y observas que no hay. Se encienden todas las alarmas. Es como, y ya que he comenzado con un parangón, cuando los que somos fumadores, en la recta final del día coges la cajetilla de cigarrillos y está vacía. Y además, no hay un pitillo en toda la casa. Bueno, esto sí que es un drama. Creo que me he ido un poco del asunto.

A lo que iba. En algún momento de este blog ya ha sido laureado el ajo, así que no redundaré más en él. Hoy quiero traer hasta aquí a este bulbo de blanca piel, en su condición de frito. Me encanta el ajo frito. En cualquier sofrito, para rematar unas verduras, con unos cogollos de lechuga, para aliviar un simple arroz blanco cocido, con unos champiñones, en los asados de carne o de pescado... y en tantas y tantas "juergas" gastronómicas que nos podamos imaginar. Tanto me gusta, por sí solo, que si hay confianza con los comensales y hay alguien que lo aparta en el plato, pido permiso para hacerme con él. Me gusta su exclusivo sabor y la potencia que da a los alimentos.

He mirado si el ajo frito aporta algún beneficio a nuestro organismo y esto es lo que me he encontrado: baja el nivel de colesterol, limpia las arterias, normaliza la presión arterial, activa el sistema inmune, fortalece los huesos, disminuye la fatiga y mejora el rendimiento físico.

Pues nada, a seguir comiendo ajos fritos.

viernes, 27 de julio de 2018

00754 El Ternasco Asado de Aragón

CON PATATAS, POR SUPUESTO


Que no sorprenda si digo que no lo he elaborado nunca y si alguna vez lo he cocinado, no me acuerdo. La explicación es muy sencilla. Es de los asados susceptibles de "concurso"; "como el que yo hago, ninguno". A lo largo de mi vida he conocido a mucho "concursante" y como a mí no me gusta competir, pues he ido dejando hacer.

Los asados en general y el de ternasco en particular, mi caleidoscopio vital los asocia a días de fiesta, encuentro, reunión y celebración. En memorable día es raro que no esté el ternasco dando sabor al evento. Y hablando de sabores, es curioso comprobar cómo el del asado adquiere su personalidad en función de la mano hacedora. Cada cual tiene su truquillo: que si una majada de ajos en medio de la cocción, que si un chorrito de vinagre, que si una bandeja de agua debajo de la del asado... Finalmente, todos están se vicio, solo hay que tener buen ojo y mejor tiento en el tiempo dedicado al asado, ni crudo, ni seco; en su justa medida.

He puesto a trabajar a mi memoria para que recuerde el mejor ternasco que he probado y me dice que escriba el que nos sirvieron en el Restaurante "El Cobertizo", en Plasencia del Monte, en la boda de una de mis queridas primas de Montesusín, Blanca. Y por supuesto, los asados de ternasco de mi suegra. Los borda, es una auténtica especialista. Son muchos domingos y fiestas de guardar en los que el ternasco ha salido a la mesa. Le tiene bien cogido el punto. Una delicia.

Con todo, con lo que me gusta y exquisito que me parece, tengo que confesar que mi estómago protesta cuando lo consumo. El paso de los años que no perdona. Me repite, pero aún siendo consciente, cómo decir que no a un bocado tan exquisito como el Ternasco de Aragón. Cruzo los dedos y a disfrutar.








00753 La Plaza de Navarra

LA PLAZA DE HUESCA

De los muchos lugares y rincones que acaparan mi atención de mi ciudad vivida, uno de ellos es la Plaza de Navarra. Ya no solo por su atractivo como plaza, que lo tiene, sino por cuanto representa para el imaginario colectivo de los oscenses.


Céntrico lugar de referencia, de celebración, de encuentro, de paso y de "capazo". Ágora contemporánea de tertulia improvisada al amparo del sol que más calienta. Escenario de reivindicación, de ilusiones compartidas, de punto de partida... Es la Plaza de Navarra, donde viven ancladas a una fuente ninfas y musas. Es una forma de hablar, pero dudo que haya un oscense que no tenga una imagen en tan espléndido lugar, ni visitante que no se lleve el recuerdo a su paso por este enclave singular.

Sí, me gusta la Plaza de Navarra, de Zaragoza, del Casino o de Hacienda, como también se acostumbra a nombrar. Plaza de imborrables recuerdos, de alegre y cotidiano transitar, de saludos y de traca final.

Según la historia María José Salillas, en su libro "Arte y sociedad, actuaciones urbanísticas en Huesca 1833/1936", señala que "El ambiente urbano, el espacio de la Plaza de Navarra y su entorno, se deriva de una concentración de diversas realizaciones humanas, hechos con proyectos independientes y en diversas épocas, y cuyo proceso de formación todavía no ha terminado, y resalta una calidad urbana infinitamente más rica que en cualquier plaza moderna proyectada. En el siglo y medio que ha durado su realización, no solo fue cambiando la forma y la dimensión planimétrica, sino también lo que delimita el espacio: los edificios".

En 1850 fue Plaza de San Francisco, enseguida Plaza de Zaragoza hasta 1905, que pasa a llamarse de Camo con motivo de su nombramiento como senador vitalicio. Con la proclamación de la II República, Plaza de la República. El nombre de Plaza de Navarra se le adjudica con la liberación de Huesca, siendo esta región la que manda refuerzos a la sublevación militar.

jueves, 26 de julio de 2018

00752 Ualaaaaa

ASOMBRO

Me parece que es la última expresión coloquial incorporada a mi vocabulario. Me resulta simpática, muy expresiva y que lo dice todo cuando algo nos asombra. Dicha por una criatura adquiere otra dimensión al añadir a la expresión los rasgos de asombro dibujados en su cara. Los adultos somos aquí menos expresivos.

La primera vez que la escuché fue en boca de mi hija Jara en un cumpleaños a la hora de recibir un regalo. Era pequeña. Tras desenvolver el regalo y descubrir el Dvd de una de sus películas favoritas por aquella época, pronunció un "Ualaaaaa" que me llegó al alma. Su carita lo quería decir todo,  pero con el "ualaaaaa", parecía querer enfatizar ese momento de espontánea felicidad por el regalo recibido. A continuación llegó el cálido abrazo. Le gustaba abrazar cuando quería agradecer. Y era, y sigue siendo, de buen conformar.

Tanto me gustó ese "ualaaaaa", que empecé a utilizarlo, sin tanta gracia, en el día a día. La imagen que ilustra esta entrada ha sido mi último "ualaaaaa". Fue recientemente en uno de esos días de salir a la terraza a airear la cabeza y aprender algo nuevo del paisaje conocido. Abrí la hoja del ventanal, di dos pasos, miré al frente y "ualaaaaa", una mancha de luz parecía quererse adueñar del grisáceo cielo.

miércoles, 25 de julio de 2018

00751 Secuencias

EL MAR HABLA

Acudo al mar en busca de su sonido para que amortigüe tanto griterío sin sentido. Porque un día aprendí que el mar habla en tono quedo. Me costó entenderlo, pero habla. No siempre le comprendo. Depende de la bruma, el sol, la brisa, la ola y el agua. Pero habla.

No siempre dice lo que quieres oír. Tampoco promete por miedo a incumplir. Agradezco su sinceridad aunque incomode escucharla. Es lo que tiene el mar cuando le pides palabra.

Nunca descansa. Habla y habla, en la superficie, sobre la ola o al final de la onda. Hasta cuando llega a la playa no calla. Llamádme loco, pero os digo que el mar habla.

Hoy he visto como traía palabras entre la espuma del agua. Han sido palabras susurrantes y tranquilas, de esas que traen esperanza. No sé de qué aire venían. Oí que llegaban pausadas, como secuencias de rimas inacabadas. Palabras ordenadas que bailaban sin música, solo al compás de las olas. Y me he sentido bien, me han hecho bien sus palabras.

Llamádme loco en este mundo de cuerdos, no me importa, pero os digo que el mar habla.













00750 La Tortilla Vegetal

UN PLUS AÑADIDO

Nuestra aliada, simpática, socorrida, benefactora y humilde tortilla francesa puede con todo. Creo que no hay nada que se le resista y más cuando en la cocina todo es posible. Y si no, he aquí un ejemplo: la tortilla francesa vegetal.

No diré que sea un bocado exquisito y para recordar a través de los tiempos. Es simplemente una forma más de alegrar la cena sin excesivos desastres y sin la pena, penita, pena de despedir el día con una frugal tortilla francesa. En esta ocasión, es cuestión de trasladar una ensalada que ya ha pasado por este blog en algún momento de su andadura e incorporarla al huevo. Es decir, una ensalada compuesta por tomate, cebolla y aguacate. La ensalada original lleva además anchoa pero en esta ocasión la descartamos.

Se hace la tortilla con la forma de la sartén y cuando esté el huevo cuajado se rellena con los vegetales mencionados. Se le añade un poco de sal y aceite, se dobla la tortilla como si fuese una crepe y buen provecho. Si gustan las especias y yerbas, se pueden incorporar de forma cauta. Por ejemplo, orégano, pimienta, eneldo... Cuestión de gustos.

El resultado, cuando menos es curioso.

martes, 24 de julio de 2018

00749 Los Nuragas

DE CERDEÑA

Hoy que tenía la tarde liberada y desocupada, me he animado a seguir ordenando las cientos de fotografías que me traje el año pasado de nuestro viaje familiar a Cerdeña. Algún apunte ya ha ido apareciendo en este caleidoscopio vital.

De las muchas cosas que cautivaron mi atención en esta hermosa isla, traigo hasta aquí en esta ocasión "los nuragas"; construcciones consideradas como los monumentos megalíticos más grandes de Europa. Según pude leer, su construcción se remonta a años anteriores al 1.000 a.C, y se han convertido en uno de los símbolos distintivos de la isla y de su cultura.

Los nuragas, que tienen la forma de una torre con forma geométrica de cono truncado, se construían en lugares panorámicos. La estructura carece de cimientos y se sostiene solo por el peso de las piedras que la formar. Algunas nuragas pueden llegar a medir hasta 20 metros de altura. En la actualidad, se pueden llegar a ver más de 8.000 nuragas en la isla, de los 30.000 que pudieron estar en pie.

Según Massimo Pallotino, un estudioso de la prehistoria sarda y etruscólogo, "la arquitectura producida por la población nurágica fue la más avanzada de cualquier civilización del Mediterráneo occidental durante esta época, incluyendo las de las regiones de la Magna Grecia".

El uso de los nuragas no se ha determinado con claridad, señalándose que pudieron ser templos religiosos, alojamientos cotidianos, la residencia de los jefes del pueblo, fortalezas militares, salas de reunión de los líderes, o una combinación de algunas de ellas. Algunos de los nuragas están ubicados estratégicamente respecto a importantes pasos que podrían ser controlados fácilmente.

Leo que "los nuragas tenían un contenido simbólico significativo. Podían transmitir riqueza o poder o ser un indicativo de que el lugar era un pueblo. Teorías recientes tienden a creer que las villas sardas eran ciudades-estado independientes, aunque no fueran ciudades en sentido estricto, que formaban federaciones y que la construcción de estos monumentos podían haber dependido de una distribución previamente acordada del territorio entre las villas federadas".

El pueblo nurágico alcanzó fama en muchos lugares mediterráneos por el bronce que producía.

Apenas pudimos detenernos en ellos. Eso, entre otras muchas cosas, lo dejamos para una nueva y prometida visita.




00748 Los Abrazos

SENTIDOS Y NECESARIOS


En la bienvenida y en el adiós. En la alegría y en el desánimo. En el porque sí y en el porque también, un abrazo.


Para amortiguar el dolor, para acompañar un te quiero, para cuando los labios no pueden hablar, para estrechar un momento, un abrazo.

Cuando me alegro de verte. Cuando la cercanía se hace necesaria. Cuando el mirar ya no se  resiste. Cuando lo hemos conseguido o para la próxima vez, un abrazo.

En el perdón y en la gratitud. Para romper un silencio. Cuando el deseo es cómplice, también un abrazo.

Algo tienen los abrazos que hasta las ramas se abrazan a lo que tienen más cercano.




lunes, 23 de julio de 2018

00747 Combinar Sabores

MAR Y HUERTA


Algunas de las muchas singularidades que  tiene la cocina son  su capacidad para el asombro, la imaginación, la creatividad y el divertimento. Y no hablo de la alta cocina ni de la cocina de autor que eso es de otra liga. Me refiero a la doméstica, a la que cada día atraviesa el umbral de nuestro pequeño mundo de sartenes y "cacharros" hasta el comedor familiar. A ese cada día de entrega laboriosa a los fogones o al que despachamos con la máxima sencillez; simplicidad que no tiene por qué estar reñida con el atractivo y el sabor.

Al fin y a la postre, el resultado final de cualquier elaboración gastronómica es el sabor, que no es otra cosa que la combinación de alimentos y condimentos adecuadamente ejecutados. Es aquí donde entran en acción la imaginación, la creatividad y el divertimento de andar por casa.

La propuesta para hoy es una sencilla ensalada de cebolla, atún en aceite y mis queridas piparras. Los tres alimentos por separado son un deleite y formando equipo, una gozada de combinación: la dulzura de la cebolla, la textura del atún y la personalidad de la piparra, unidos por la sal y el aceite de oliva virgen.  La única observación a tener en cuenta es que los alimento sean de calidad y que la cebolla dulce sea auténtica y dulce de verdad,  al margen de lo que diga el letrero que anuncie su venta.

Una ensalada que no está ceñida a una estación concreta del año; cualquiera de las cuatro del año hace buenas migas con ella. Ideal para los días de campo y mantel.


domingo, 22 de julio de 2018

00746 El Requesón

CON MIEL Y NUECES

No acostumbro a acordarme de la existencia de este lácteo, salvo cuando hago una tarta deliciosa que aprendí a elaborarla en Bilbao y que,  por cierto, no encuentro la receta,  o cuando lo veo, fresco, en algún supermercado.

Recetas con requesón hay muchísimas, como no podría ser de otra manera. Pero lo dicho, pienso poco en su existencia.  De cualquier manera, cuando lo como, me gusta que ejerza de  protagonista y que no sea un convidado de piedra en el plato. De aquí, que como más lo disfruto es solo con azúcar,  y si me vengo arriba, con miel y nueces. Una delicia.

Muchos lo consideran como un queso más, pero lo más correcto es clasificarlo dentro de los lácteos, ya que proviene del suero de leche cuajado. Dado que no conlleva maduración, como sucede con los quesos, el requesón contiene un alto porcentaje de agua y su aporte de grasas es muy bajo. La concentración de proteínas, todas de buena calidad por ser de origen animal, es tres veces mayor que en la leche. Además, su aporte de vitaminas y minerales es muy valioso para el organismo: calcio, potasio, fósforo, vitamina A y del complejo B.

A ver si su incorporación a este blog hace que esté más presente en mi dieta, porque gustarme, ya lo creo que me gusta.




00745 Hay Lugares

MUCHOS LUGARES

Hay lugares de llamada, de silbido y caricia, y de prudente condición. Lugares de silencio contemplativo sin medida del tiempo y cargados de consentida y necesitada energía.

Hay lugares de entretenido mirar a un horizonte que se despide con extrema educación, sin ruidos ni desplantes, sin reproches que recordar ahora que llega la noche.

Hay lugares que dejan poso en el paso de un suspiro a otro, en el mientras tanto y en el después. Lugares de ensueño y encanto, anónimos y sentidos en el rodar de los días especiales.

Hay lugares que  se enroscan al cuerpo dispuestos a viajar aunque solo sea un fragmento.

sábado, 21 de julio de 2018

00744 Los Atardeceres en Terraza

CUESTIÓN DE DETALLES


Nunca sabes lo que te vas a encontrar. Qué color tendrá el paisaje. Qué sonidos subirán desde la calle. A qué olerán las últimas horas del día. Siempre es una cuestión de detalles. Una caprichosa luz sobre un edificio, árboles que parecen óleos recién pintados, jóvenes disfrutando de su juventud, veteranos jugadores de petanca y el cielo... Ese cielo que explora divertimentos efímeros, fantasías únicas e irrepetibles, radiantes a veces; otras,  oscuras y amenazadoras pero no por ello desdeñables.

Una pluma azul desciende lentamente hacia el suelo. Una pluma nítida y deslumbrante que parece haberse escapado de un atardecer rosáceo que no le corresponde. Hoy el mirar desde la terraza es relajante y casi exclusivo a unos ojos que solo quieren mirar y volver a mirar para perderse en la cotidianidad de los días.

Hoy, sencillamente, el atardecer en terraza propone un inmenso alivio de luz apacible y delicado.


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00743 El Arroz Negro

CON SEPIA

Me gustan todos los arroces, pero este especialmente. De los arroces me inclino por aquellos que tengan un buen sabor y a ser posible que no vayan provistos de  muchos obstáculos para disfrutarlo. De aquí, que habitualmente me incline por los arroces monográficos: de mejillones, de almejas, encebollado, con sepia... 

El arroz negro es una de mis muchas debilidades desde el primer día que lo tuve en un plato frente a mí. Fue en esa época que día sí y día también aprendía una nueva especialidad,  conocía un nuevo alimento, una nueva forma de hacer las cosas habituales. Y en ese sentido, el arroz negro con sepia me enganchó. No sé si fue por lo distinto y novedoso, por su sencillez, por el ali oli que le acompañaba o por su sabor, el caso es que me hice un fan, fan de esta elaboración gastronómica. La apoteosis llegaría en un viaje a Valencia, allí donde el arroz se hace esencia. Fue en el restaurante "Marcelina", en el Paseo de Neptuno, frente al mar.Ya no se podía pedir más.

Hay varias formas de elaborarlo y como acostumbra a suceder en estos casos, cada maestrillo tiene su librillo. Por lo que he podido observar, yo aprendí en su día la más sencilla y es la que siempre hago. Ni siquiera me he preocupado en mejorarla. Está bien así.

Ingredientes: una taza de arroz por persona y otra más de propina, 150 gramos de sepia por persona, 2 bolsas de tinta de calamar, un par de pimientos verdes, dos dientes de ajo, pimentón, sal y caldo de pescado.

Elaboración: Hacer un sofrito con el ajo y los pimientos bien troceados. Añadir la sepia también troceada y saltear unos minutos. A continuación incorporar el arroz y remover durante un par de minutos. Incorporamos el caldo de pescado, los sobres de tinta, el pimentón y la sal, y dejamos cocer el arroz. Una vez cocido, dejamos reposar de cinco a diez minutos. A la hora de servir, acompañar con un ali oli.

viernes, 20 de julio de 2018

00742 Los Aceites

UNA DELICIA

Untar pan en aceite con sal me resulta una delicia. ¿Cuántas veces hemos ido a comer, con cierto agujero en el estómago, a algún restaurante o casa de comidas, sobre todo en estas últimas, y ante la tardanza en el servicio, nos hemos abalanzado sobre la aceitera y el salero para hacernos un apaño en el plato y empezar a untar pan como posesos? En mi caso, innumerables.

Claro, el pan,  el agua y el vino es el  primer trío que habitualmente aparece en la mesa. El aceite y la sal, junto con el vinagre, acostumbran a estar ya cuando llegan los comensales. Aunque ahora que pienso, cada vez menos. Hay que pedirlo. De cualquier manera, una debilidad.

Donde no hay que demandar los elementos necesarios para esta sabrosa práctica es en el Restaurante de La Venta del Sotón, en Esquedas.  Algún día también traeré este icono de la gastronomía altoaragonesa hasta este caleidoscopio vital por todo lo que ha representado y significa en mi familia a lo largo de los años. Aquí, desde hace tiempo, una vez elegido el menú, cosa peliaguda pues apetece todo tanto de la carta como de los menús alternativos, se inicia el servicio con una degustación de aceites de la tierra en sugerente presentación. Aconsejan tomarlos en un orden, con pormenorizada información sobre  la procedencia de los aceites a catar, en función de su sabor y acidez. Cuatro variedades de aceite que luego abren el debate entre los comensales sobre el favorito de la terna. Ah! y sin sal. Solo aceite y un exquisito pan de hogaza.

Y a partir de aquí, para qué contar.

jueves, 19 de julio de 2018

00741 Sales, Brisas y Mares

FELIZ DE VERTE

No me olvido de lo que fuimos en ese mirar penetrante de olor a sal y tamizada brisa al caer la tarde. Tu, como siempre, tal y como te recuerdo en los días de lejanía. Yo, feliz de verte, a pesar de la pronta despedida.

Las escenas se repiten como las ilusiones de cada día. Pero siempre aprendemos algo en el contar ausente de nuestras vidas. Imágenes y semejanzas portentosamente diferentes, aunque tu y yo seamos los de siempre, ajenos a la cronología.

Tu siempre tan perfecto. Así me lo pareces. Un necesario contraste para mi confusa imperfección. Mi condición de eterno aprendiz me apega a ti en tu silencio de pescador de pasajeros.

No me olvido de lo que fuimos, cómo olvidar nuestros ansiados instantes de sales, brisas y mares.

miércoles, 18 de julio de 2018

00740 La Repostería

DOMINGOS Y FIESTAS DE GUARDAR

Cuando veo una imagen como la que ilustra esta entrada, no puedo dejar de relacionarla con los días festivos; "domingos y fiestas de guardar". La repostería cerraba, y me imagino que así seguirá haciendo, la comida festiva y de agasajo. Si no había repostería, daba la impresión de que la comida no era completa. Rara era la ocasión en la que si alguien venía a comer a casa no lo hiciera con un paquetito, en señal de gratitud, asido por una fina pero eficaz cinta blanca, rosa, azul o amarilla. Un paquete cuyo contenido no se desvelaba hasta que no llegaba el momento del postre. Una vez desprovisto de envoltorio, mis ojos daban un rápido repaso a la bandeja en busca de mi pequeño pastel más preciado: el tocinito de cielo, por aquel entonces para mi, el rey de la repostería. Un reinado que con el paso de los años y ya en Bilbao, compartiría con las denominadas "carolinas", unos deliciosos merengues bicolor.

Me da la impresión, es solo una impresión y por lo tanto, un hecho nada contrastada, que con el paso del tiempo, cambios y modas, la repostería ha quedado algo relegada por otras propuestas a cada cual más interesante. De cualquier manera, me declaro un fan de la repostería y de los reposteros.

La historia de la repostería transcurre paralela a la del azúcar; por lo tanto nos separan de su origen un par de siglos. El gusto por lo dulce es tan antiguo como la humanidad, aunque durante muchos años las únicas fuentes de dulzor fueron las frutas y la miel.

El dulzor de la caña de azúcar llegó al mundo occidental desde oriente durante la edad media y como algo reservado exclusivamente para la aristocracia. Conventos y monasterios serían los encargados de desarrollar la repostería en esta etapa en la que el azúcar se tomaba en contadas ocasiones. Durante la época napoleónica, y como consecuencia del bloqueo naval impuesto por los ingleses, se empezó a obtener azúcar de la remolacha.

martes, 17 de julio de 2018

00739 La Carne Picada

ALBÓNDIGAS CON NUECES

La carne picada me gusta ya desde que los churros salen por la picadora. Tiene su gracia. Siempre ha tenido su gracia. Desde siempre, desde niño, me he quedado embelesado viendo salir las tiras de carne roja y blanca por los orificios de la picadora. Aún ahora, mientras todavía me llega la voz de mi madre diciendo: "Un kilo de carne picada, mitad de cerdo y la otra mitad de ternera". Y así la pido también yo, mientras el niño que llevo dentro se pone en primera fila de mis pupilas para ver salir los churretes de carne.

No sé a quien se le ocurriría la idea de picar la carne para posteriormente trabajarla y ofrecer de esta forma suculentas y variadas propuestas gastronómicas. Desde la hamburguesa hasta los rellenos de carne, pasando por las siempre agradecidas albóndigas, fajitas....,  o el steak tartar, todo un canto al  sabor y a la textura de la carne.

En realidad, esta entrada en el blog estaba previsto que llevara por título, "las albóndigas de carne y nueces con salsa roquefort", pero no es posible. Me explicaré. Inicié el preparado para hacer las citadas albóndigas, pero solo pude fotografiar la preparación de la carne. Cuando las hice por última vez se me echó literalmente el tiempo encima y me olvidé de hacer las fotografías. Las saqué todas "monas" a la larga mesa y de forma individual, en un vasito pequeño y con una banderita pinchada en la albóndiga,  y cuando cogí el móvil para "retratarlas", habían desaparecido. Me quedé sin foto y sin poderlas catar. Una pena. Así, que para no desperdiciar las fotografías, he tirado por la calle de en medio, para dejar la entrada en el genérico carne picada.

No obstante, el hecho de no tener las fotografías con el resultado final no quita para que comparta esta sabrosa receta.

Ingredientes: Medio kilo de carne picada, al 50 por ciento cerdo y vacuno, 75 gramos de nueces peladas, dos huevos, miga de pan, medio litro de nata para cocinar, 200 gramos de queso roquefort o azul, harina, sal y aceite.

Elaboración: Añadir a la carne picada los dos huevos, la miga de pan, sal y las nueces troceadas. Amasamos bien y elaboramos las albóndigas. Las pasamos por harina y las freímos. Reservamos. Vertemos en un cazo la nata líquida y llevamos a ebullición para incorporar a continuación el queso. Dejamos espesar. Para servir, dos opciones: Todas las albóndigas en una fuente y sobre ellas la salsa y unos trocitos de nueces; o bien, de forma individual en vasitos pequeños. Cada albóndiga en un vasito y sobre ella un poco de salsa y unos trocitos de nueces. De escribirlo se me hace la boca agua.