lunes, 18 de junio de 2018

00726 Los Emparedados Vegetales

CAJÓN DE SASTRE

La primera vez que lo comí, de esto hace ya varias décadas, recuerdo que no las tenía todas conmigo. Eso de comer lechuga con pan no hacía las cosas fáciles. Pasado ese primer mal trago, el emparedado vegetal pasó a ser otra de mis muchas debilidades gastronómicas. No tengo para su elaboración una receta al uso, más bien se trata de un emparedado de capricho y de aprovechamiento. Los puedo llegar a hacer de un grosor imposible hasta la más mínima expresión. Son una especie de cajón de sastre.

Fundamental, que el pan de molde sea fino, sin tostar, y que vaya provisto de una buena mayonesa. A partir de aquí, todo vale. Desde pepinillos, alcaparras, tomate, huevo duro, anchoas, yemas de espárragos, lechuga, atún... hasta el más sencillo y consabido de lechuga, huevo duro, tomate y atún. Ahora que se avecina el calor, fresquitos del frigorífico son una auténtica delicia.

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