miércoles, 13 de junio de 2018

00720 La Tortilla de Ajetes Tiernos

DE PECADO

Recientemente visité la localidad de Montesusín, un pueblo de colonización de Los Monegros oscenses de entrañable recuerdo para mí por quienes allí habitan: mi querida familiar de Montesusín, primos y tíos. Fui, junto con mis compañeros del grupo de "Amigos del Teatro y de la Poesía de Huesca" para representar unos sainetes de los Hermanos Álvarez Quintero. Velada fantástica, risas y como colofón, charla animada delante de una generosa merienda con los vecinos y mis tíos, Blanca y Antonio, y primos.

En la despedida, cuando ya iba a coger el coche de regreso a casa, mi primo Javier me preguntó si me gustaban los ajetes tiernos. No tuve casi tiempo de responderle, mi cara y mis ojos me habían delatado. ¡Ajetes tiernos y además,  de la huerta de mis primos Javier y María Astón! A los pocos minutos, Javier se presentaba de nuevo ante mí con un hermoso y olororo "ramillete" de ajetes tiernos recién extraídos de la tierra y que tan buenas, ricas y placenteras cenas me han deparado. No se lo he dicho, pero estaban excepcionales y cada tortilla con ajetes que tomaba me acordaba de tan entrañable y bondadosa pareja.

Por cierto, que los ajetes son un superalimento que cuenta con un buen número de propiedades nutricionales y con beneficios para nuestra salud muy a tener en cuenta. Se dice que era un alimento muy apreciado por egipcios, griegos y romanos, además de ser para esas culturas una excelente medicina. Ya en la Edad Medio estaba considerado como un remedio y protector de las pestes y epidemias. No obstante, en el siglo XVII comenzó a tener detractores y solo era consumido por las clases bajas, ya que la alta sociedad y su "refinamiento" rechazaba su olor. De sus múltiples cualidades, destacar las diuréticas, depurativas, antisépticas y antibacterianas.

El ajete es la planta joven del ajo cuya máxima expresión se concentra entre los meses de abril y junio.

En esta ocasión, el mencionado ramillete lo comí solo en tortilla, si bien puede acompañar a un buen número de alimentos con los que compartir su sabor. En cuanto a la tortilla de ajetes tiernos, poco se puede decir. Limpiar bien los ajetes y cortarlos finamente. Sofreírlos ligeramente en un buen y comedido aceite de oliva virgen y añadir los huevos. Como dice un amigo, "de pecado, oigan, de pecado".




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