viernes, 3 de agosto de 2018

00765 El Hibisco

ABUNDANCIA Y BIENESTAR

Traigo hasta este caleidoscopio vital una de mis plantas favoritas y más preciada: El hibisco. He tenido pocos ejemplares, todos rojos; tres si mal no recuerdo. El clima de esta tierra en la que habito no le es propicio, aunque también es cierto que por aquí he visto hibiscos, pocos, pero algunos tengo controlados que, maravilla de la naturaleza, se han adaptado con fuerza y parece que se sienten a gusto.

Los tres ejemplares que he llegado a tener me los regaló mi hermana María Engracia,  conocedora de mi asombro cuando vi esta planta en su casa por primera vez. Me pareció una planta hermosa, muy atractiva, sugerente, vistosa y alegre. Me sorprendió la breve vida de sus flores, apenas veinticuatro horas, apenas un lento abrir y cerrar de  ojos. Pero incluso esta breve existencia tenía su atractivo.

La primera atención del día era para ella,  con un aseo personalizado y recuento de flores de las que disfrutar a lo largo de la jornada. Era como un pequeño y  efímero micro mundo. Creo que es de las plantas con las que más he llegado a disfrutar y más orgulloso me sentía de su desarrollo hasta que llegaba el invierno y observaba con desencanto su definitiva despedida. Y sí, la echaba en falta.

Ahora me conformo con el deleite de su contemplación cuando me topo con ellas. No cuento sus flores ni aseo las plantas, solo las contemplo y dejo que me transmitan su bienestar. Es más que suficiente. Por cierto, esta flor típica del estado de Hawai y delicada belleza es símbolo de abundancia, bienestar y alegría.


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