domingo, 12 de agosto de 2018

00775 Las Albóndigas de Choco

ESPECTACULARES

Se trata de un delicioso manjar, por lo menos así me lo parece, de la gastronomía tradicional onubense. Conocí esta delicia en mi primer viaje a Huelva y me fascinó. 

De entrada, me llamó la atención ver en el mercado de "El Carmen" puestos dedicados única y exclusivamente a la venta de chocos, que no son otra cosa que los ejemplares jóvenes de sepia. Esto y cómo una buena parte de los cefalópodos que se vendían, una vez limpios, se servían tras ser pasados por una picadora de "carne". Mientras miraba atentamente los trajines de los vendedores, pregunté a una clienta sobre el destino gastronómico del choco picado. La respuesta  de la amable señora fue rápida y contundente: "Para hacer unas riquísimas albóndigas". Y antes de que pudiera volver a preguntar y como si la señora hubiese adivinado mi pensamiento, me trasladó cómo las hacía ella. Tomé buena nota de sus pormenorizadas explicaciones, compré un par de chocos que pesaban casi medio kilo, pedí que los picaran y al día siguiente nos pusimos manos a la obra siguiendo las indicaciones de la atenta señora. Y efectivamente, estaban riquísimas. Delicadas, sabrosas, sorprendentes y, en una sola palabra, espectaculares.

Solo las como cuando voy a Huelva. En Huesca ni se venden chocos ni se pica el pescado. Se podría, digo yo, hacer las albóndigas con sepia y picarla en casa con la ayuda de un robot de cocina. Pero lo cierto es que ni siquiera lo he intentado, aunque en alguna ocasión he estado tentado de hacerlo.

Esta es la receta facilitada por la atenta señora aquel día en el mercado, con algún añadido aprendido con el tiempo.

Ingredientes para la masa de albóndigas: Medio kilo de chocos picados, dos dientes de ajo, un huevo, 150 gramos de miga de pan,  un manojo de perejil y sal Ingredientes para la salsa: Una cebolla, 150 ml de vino blanco, una cucharada de pimienta y sal.

Comenzamos haciendo la masa para las albóndigas. Para ello, al choco picado le añadimos el pan, el huevo, los ajos, el perejil, la pimienta y sal. Mezclamos bien, damos forma a las albóndigas y las rebozamos en harina. A continuación, freímos las albóndigas en aceite de oliva y reservamos.

Para hacer la salsa, comenzamos por pochar la cebolla sin que llegue a dorarse. Cuando la cebolla está pochada, se le añade el vaso de vino,  el pimentón y un poco de pimienta blanca molida (si se desea, se puede también añadir un vaso de caldo de pescado) y dejamos reducir. Incorporamos las albóndigas y dejamos cocer a fuego lento por espacio de unos diez minutos. Listas para servir.


Igual las tenga un tanto idealizadas, pero me parecen espectaculares.









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