jueves, 24 de mayo de 2018

00699 A Granel

UN PEQUEÑO ESPECTÁCULO

Las prisas y la inmediatez se incorporaron a nuestras vidas, no sé cuándo ni cómo, y parece que llegaron para quedarse. Todo es para ya e incluso para ayer. Y la cocina no es una excepción. No soy muy amigo de los pre cocinados, pre parados, pre envasados y pre lo que sea y listo para comer, aunque, y como tampoco soy una excepción, las prisas y el ya y el ahora, no sé cuándo ni cómo, también se instalaron en mi vida y en mi cocina, obligándome a hacer uso de los mencionados pre.

Donde más echo en falta la carestía de tiempo y pausa es en todo lo relacionado con la legumbres. Me encantan, si bien reconozco que no les dedico la atención que se merecen. Solo cuando la ocasión lo requiere me empeño en ello y saco los minutos de donde haga falta. Sí, ya sé, me lo han dicho muchas veces, pero para eso están las ollas a presión. Y en casa tenemos, mor a la práctica y socorrida lista de boda de su momento, pero yo no congenio bien con ella. Soy más del "chup, chup" y de los aromas y olores que se despiden de la lenta cocción. Manías.

Me gustan los alimentos a granel, en su genuina forma y espíritu, y en el caso de las legumbres, me fascinan. Me encantan las tiendas de ultramarinos con sus sacos de arpillera atesorando lentejas, judías, garbanzos, habas y habichuelas. Los colores del fruto prestos a cualquier compañía que le venga sobrevenida. Es un pequeño espectáculo anónimo y sin importancia que no busca aplauso final. Solo un recipiente donde burbujear un tiempo reposado para un posterior deleite de ingesta también relamida y sosegada.






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