domingo, 20 de mayo de 2018

00694 La Playa de Berria

ENTRE EL BRUSCO Y EL BUCIERO

Para este caleidoscopio vital no es una playa más en la que dejar la mirada y unas huellas mal pisadas. Se trata de un trozo de litoral de caminar esperanzado entre risas y brisas, entre recuerdos de un inicio compartido y de oraciones con sabor a sal necesitadas de que lleguen a buen destino.

Entre los encinares del Brusco y el Buciero no dejo de mirar la figura andante, paraguas en mano, de mi querido viajero incansable, de ese hombre de ágil pensamiento y palabra certera, que posiblemente también busque consuelo en un ayer que parece que fue hace un rato y  en un presente imprevisto, lacerante, tocado por la desafortunada y ciega ruleta de la vida.

No consigo apartar mi mirada de él. Me parece mentira, un mal sueño, una broma, una deslealtad para con quien ama la vida. Solo tengo deseos de abrazarle y de mirar con él un mar tranquilo, de apenas ruido. Y musitarle al oído que le quiero, que todo irá bien, que queda mucho camino por recorrer y muchas palabras que compartir aunque sea en la distancia. Me lo dice el mar que acaricia la playa sin darle importancia: Abrázale, que yo me llevaré el dolor y la pena mar adentro, allí donde no podáis verlos.

Y el mar, en la pesquera Santoña, se hizo cómplice esperanzado de mis desvelos.

La playa de Berria se ubica en el municipio de Santoña. Se encuentra en el itsmo que une la península que forma el monte Buciero, en Santoña, con el municipio de Argoños. Sus 2200 metros de longitud discurren entre el monte Brusco, al oeste, y el macizo de Buciero al este. De arena blanca y fina, se abre al mar por su parte norte, al sur se encuentran las marismas de Santoña.





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