Necesito con urgencia un pen drive. De los tropecientos que me he ido encontrado por los más insospechados sitios de casa, no hay uno que me saque del apuro. O están a tope de su capacidad de almacenamiento de memoria, igualitos que yo, o no tienen la suficiente para mis urgentes necesidades. Así que he cogido uno al azar y he visionado su contenido para trasportarlo a mi pc. Me he encontrado de casi todo: algunas excursiones, gastronomía variada, fotografías que ni, hablando de memoria, recordaba su existencia, chistes y gracias llegadas por wasap a mi vieja blackberry... e instantáneas de la representación que en su día hice con mis compañeros del Aula de Amigos del Teatro y la Poesía de Huesca de "Sublime Decisión", de Miguel Mihura. Otro de mis buenos y gratos momentos disfrutado con mi entrañable grupo de afición compartida.
Se trata de una obra en tres actos ambientada a finales del siglo XIX en la que Miguel Mihura muestra cómo una joven toma una "sublime decisión": trabajar en una oficina en la que va a estar rodeada de hombres. Distintos acontecimientos se van sucediendo, en clave de humor, con la carga de fondo con la que Mihura defiende el género femenino y su incorporación al mundo laboral, algo que en la época en la que transcurre la acción no estaba ni siquiera aceptado. El resultado, una entretenida y divertida obra con juegos semánticos y algo de absurdo, fieles, junto al enredo, al discurso teatral de Mihura.La obra fue estrenada en el Teatro Infanta Isabel de Madrid en abril de 1955.
Ya tengo un pen drive para su uso una vez liberado de recuerdos.
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