PARA UNA OCASIÓN ESPECIAL
Los pasteles fríos y salados son otra de mis debilidades
a la hora de sentarme a la mesa. Acostumbran a ser muy vistosos y se preparan
con suma sencillez. Aquí, una vez más, en la imaginación y el gusto a la hora
de combinar sabores, se encuentra el éxito.
En mi costumbre de asociar platos y cocinados con
momentos o anécdotas, en esta ocasión, los pasteles fríos me trasladan a fiestas
y celebraciones. O lo que es lo mismo, a instantes de felicidad: cumpleaños,
encuentros familiares, navidades… Se podría decir que son una apuesta segura,
ya que acostumbran a gustar tanto a niños como a mayores. Además, y creo que
aquí estriba una de sus grandezas, si se me permite la expresión, es que se
pueden preparar con antelación, aguantan bien en el frigorífico de un día para
otro, y de esta forma, evita a los anfitriones del encuentro, las prisas de
última hora o las continuas idas y venidas de la mesa a la cocina.
Las recetas de pasteles fríos que tengo más o menos
presentes, las he ido recogiendo, precisamente, de alguna celebración, en su
mayoría, organizada por mis hermanas. Tienen muy buena mano en la cocina, son
curiosas e inquietas, y cuando me reúno en sus respectivas casas y hay comida o
cena de por medio, rara vez dejan de sorprenderme con alguno de sus cocinados.
Ingredientes con cantidades aproximadas, en función del
molde que se vaya a utilizar para su elaboración: 300 gramos de salmón ahumado
loncheado, 250 gramos de yemas de espárragos blancos, mayonesa, 2 hojas de
gelatina, 2 huevos cocidos y 9 rebanadas de pan de molde blanco sin corteza.
Cubrir el fondo del molde donde se vaya a hacer el pastel
con rebanadas de pan de molde. Untar las rebanadas con el puré de espárragos,
salmón y huevo cocido. Volver a colocar rebanadas de pan y untar con el puré…. así,
hasta alcanzar la altura del molde. Dejar enfriar en el frigorífico hasta que
se compacte, sacar y desmoldar. Cubrir la superficie y los laterales del pastel
con una ligera capa de salsa mayonesa. Disponer en la superficie del pastel las
lonchas de salmón enteras y las yemas de espárrago que habíamos reservado. Introducir
el pastel en el frigorífico hasta el momento de servir.
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