miércoles, 14 de septiembre de 2022

01055 El Pastel Frío de Salmón y Espárragos

PARA UNA OCASIÓN ESPECIAL


Los pasteles fríos y salados son otra de mis debilidades a la hora de sentarme a la mesa. Acostumbran a ser muy vistosos y se preparan con suma sencillez. Aquí, una vez más, en la imaginación y el gusto a la hora de combinar sabores, se encuentra el éxito.

En mi costumbre de asociar platos y cocinados con momentos o anécdotas, en esta ocasión, los pasteles fríos me trasladan a fiestas y celebraciones. O lo que es lo mismo, a instantes de felicidad: cumpleaños, encuentros familiares, navidades… Se podría decir que son una apuesta segura, ya que acostumbran a gustar tanto a niños como a mayores. Además, y creo que aquí estriba una de sus grandezas, si se me permite la expresión, es que se pueden preparar con antelación, aguantan bien en el frigorífico de un día para otro, y de esta forma, evita a los anfitriones del encuentro, las prisas de última hora o las continuas idas y venidas de la mesa a la cocina.

Las recetas de pasteles fríos que tengo más o menos presentes, las he ido recogiendo, precisamente, de alguna celebración, en su mayoría, organizada por mis hermanas. Tienen muy buena mano en la cocina, son curiosas e inquietas, y cuando me reúno en sus respectivas casas y hay comida o cena de por medio, rara vez dejan de sorprenderme con alguno de sus cocinados.

Este pastel frío de salmón, espárragos y pan de molde ha sido mi última adquisición. Lo aprendí de mi hermana Gemma que lo elaboró, entre otras exquisiteces, para celebrar el cumpleaños de una de sus nietas. El pastel me pareció una delicia. La presentación muy vistosa, la mezcla de sabores muy acertada, homogéneo y óptima temperatura. No sé cuántas raciones llegué a tomarme. Entraba el pastel sin querer, así que le pedí la receta para que no cayera en mi olvido.

 

Ingredientes con cantidades aproximadas, en función del molde que se vaya a utilizar para su elaboración: 300 gramos de salmón ahumado loncheado, 250 gramos de yemas de espárragos blancos, mayonesa, 2 hojas de gelatina, 2 huevos cocidos y 9 rebanadas de pan de molde blanco sin corteza.

Elaboración: Ayudados del brazo de cocina, batir las yemas de espárragos bien escurridas con tres cucharadas de mayonesa. Reservar para el final, media docena de yemas, las más vistosas, sin batir. A continuación, hidratar en agua las hojas de gelatina durante unos diez minutos y escurrir bien. Poner la gelatina en un vaso e introducir en el microondas unos segundos para que se licue por completo. Mezclar con los espárragos y dejar enfriar hasta que quede como un puré. Cortar el salmón a trozos pequeños, reservando algunas lonchas para cubrir el pastel. Picar muy fino los huevos cocidos. Mezclar el salmón y los huevos cocidos con el puré de espárragos.

Cubrir el fondo del molde donde se vaya a hacer el pastel con rebanadas de pan de molde. Untar las rebanadas con el puré de espárragos, salmón y huevo cocido. Volver a colocar rebanadas de pan y untar con el puré…. así, hasta alcanzar la altura del molde. Dejar enfriar en el frigorífico hasta que se compacte, sacar y desmoldar. Cubrir la superficie y los laterales del pastel con una ligera capa de salsa mayonesa. Disponer en la superficie del pastel las lonchas de salmón enteras y las yemas de espárrago que habíamos reservado. Introducir el pastel en el frigorífico hasta el momento de servir.

 




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