CON OLOR A ESPLIEGO Y TOMILLO
en la llamada al mundo primitivo
donde todo es más espacioso
y conciso.
Allí,
en esa gran tierra solariega
de bayas, prados, valles
y anónimos jardineros.
Allí,
donde se respira con alivio
un aire conocido
que solo su roce
Presiento
que nada parece nuevo
y extraño.
Me sumerjo en tu bruma
para encontrar un sitio
donde guardar el tibio sabor
de la vida en armonía
y enciendo la luz
para no perder detalle
de tan gratificante serenidad.
de invisibles manantiales
que bajan desde las colinas;
desgarramiento de la naturaleza
siempre renaciente.
Y al fin,
con complacida satisfacción,
recibo las sensaciones
de abrigo y cobijo,
donde mi cuerpo descansa
en un lecho
con olor a espliego y tomillo.
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