jueves, 19 de abril de 2018

00666 El Pastel de Tía María Engracia

COMO UN SANDWICH VEGETAL PERO A LO GRANDE


Quienes habitualmente siguen este blog, saben que me gusta tunear el nombre de las recetas y sobre todo, ponerles nombres propio; los nombres de quienes me enseñaron a hace la elaboración culinaria tras la consiguiente degustación.

En esta ocasión, y ahora que ya empieza a apetecer tomar platos refrescantes, traigo hasta aquí un delicioso y fresco pastel al que en casa se le conoce como el "Pastel de la Tía María Engracia". Fue ella quien nos lo ofreció en un viaje relámpago a Torredembarra donde mi hermana estaba pasando el verano. Hacía calor y lo recuerdo con auténtico agradecimiento. Entró en el paladar como un alivio.

Al parecer se trata de un pastel muy popular pues cuando lo he traído a colación, siempre hay alguien que me dice que lo hace y aporta una variación. Pero la base, la forma y la delicia en el paladar sigue siendo la misma que la de aquella primera vez. No obstante, la patente para mi unidad familiar sigue siendo para mi hermana.

El último que hice constaba de los siguientes ingredientes: pan de molde, atún en escabeche, aceitunas verdes sin hueso, pimiento rojo, anchoas, pepinillos, lechuga, mayonesa y tomate rallado.

Su preparación no puede ser más sencilla. En un bol vamos depositando el atún desmigado, las aceitunas cortadas en cuatro partes, tiras de pimiento rojo, anchoas troceadas y los pepinillos también troceados. A continuación, incorporamos una mayonesa, casera, o cualquiera de las excelentes mayonesas que encontramos en los supermercados, y mezclamos bien. Reservamos. En una fuente cuadrada o rectangular, cubrimos su base de tomate natural rallado y sobre él, vamos colocando piezas de pan de molde. Las untamos de mayonesa y a continuación, cubrimos los panes con la masa que hemos preparado previamente y terminamos la operación cubriendo todo con lechuga cortada muy fina. Repetimos la operación dos o tres veces en función de la altura de la fuente. La última capa de pan de molde la untamos con tomate natural rallado y tal cual, introducimos la fuente en el frigorífico por espacio de tres o cuatro horas como mínimo. Antes de servir a la mesa, desmoldamos el pastel de la fuente sobre una bandeja y en la parte superior, que recuerdo estará el tomate impregnado al pan, acabamos con mayonesa y lechuga bien menuda. Solo restará cortar unas porciones y servir. Mi hermana, a la que le encantan las buenas presentaciones, creo recordar que tapaba los bordes del pastel también con mayonesa y que la lechuga la colocaba en torno al mismo y no encima del pastel. Enfín, fuera como fuese una auténtica delicia.

Y ya lo siento hermana, pero un amigo al que agasajé con tu pastel en una cena, y que el resto de comensales si nos descuidamos, ni lo probamos, cuando hace referencia a él, lo denomina "El pastel de Fernando". Pero que conste que yo reivindico tu autoría.







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