martes, 3 de abril de 2018

00656 Los Pimientos Verdes Fritos

Y A TIRAS

Regresa de nuevo la huerta a este puzzle de sensaciones. Y lo hace con uno de los sabores no siempre bien recibido. Mi experiencia me dice que es uno de los sabores que producen extremos; o gusta a rabiar o se detesta con la misma intensidad. Yo me sitúo en el primero de los bandos.

Ya he dejado escritas varias elaboraciones gastronómicas en las que el pimiento verde es el protagonista del cartel. Pero si hay una forma de cocinarlos que me chifla hasta hacerme entornar los ojos, esta es, simple y llanamente, bien limpios de semillas, cortados a tiras, fritos en un buen aceite de oliva virgen y generosos de sal. Me fascinan.

Un buen bocadillo de pepito de ternera con unas tiras de pimiento verde frito, como aquellos que tomaba en Canfranc; unos huevos duros recogidos sobre unas tiras de pimientos verdes fritos; una tortilla francesa como soporte de unas tiras de pimientos verdes fritos; unas rebanadas de pan con chistorra frita y unas tiras de pimientos verdes fritos; unas patatas asadas acompañadas de unas tiras de pimientos verdes fritos; un trozo de longaniza partido por la mitad, a la plancha, y sobre ella, unas tiras de pimientos verdes fritos.... o simplemente, unas tiras de pimientos verdes fritos sobre un plato para ir picando. Y ya, la traca de este "pecado venial", si a esas tiras de pimientos verdes fritos las acompañamos con unas patatas fritas al estilo de mi abuela Genoveva. Solo escribirlo se me saltan las lágrimas de satisfacción.

No hay que rebuscar mucho entre libros y recetarios de cocina para disfrutar de un buen y  humilde bocado. Lo cierto es que no hay que rebuscar mucho entre las cosas y sus derivados para encontrar momentos de inesperada satisfacción.


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