sábado, 23 de marzo de 2024

01302 La Frittata de Espaguetis

 OTRA DELICIA ITALIANA


La gastronomía, más allá de cumplir con su principal objetivo, que no es otro que el de alimentar, tiene otras muchas virtudes y bondades. Por enumerar algunas; entretiene, sorprende, llegado el caso sirve como terapia, es imaginativa hasta el punto de convertirse en arte, es disfrute, asombra y no tiene límites.

 Cuando tengo oportunidad de salir de mi cuatro por cuatro, me gusta probar cosas distintas, que, si son de mi extremo agrado, "investigo" su forma de hacer y si no resulta muy complejo, la incorporo a mi laboreo doméstico. Es exactamente lo que sucedió con la receta que traigo en esta ocasión a las diez mil cosas que me gustan.

 No hace mucho, tuve la oportunidad de degustar un plato que me fascinó. Además de estar delicioso, me sorprendió. Desconocía por completo su existencia, como la de tantas otras recetas, pero esta propuesta me pareció tan original, sorpresivo y rica, que me dio lástima que se acabara. Igual lo estoy poniendo en valor en exceso, pero así me resultó. Mira que tengo ocurrencias, pero jamás pensé que pudiera existir la tortilla de espaguetis.

 Cuando llegué a casa ese día, lo primero que hice fue interesarme por la forma de elaborar una frittata italiana, no sin antes interesarme por su origen. Por lo que pude leer, se trata de un plato originario de Nápoles y Campania, y que originariamente se preparaba con sobras. En Campania, por ejemplo, se acostumbra a almorzar tortilla de pasta e incluso es una común propuesta para las salidas campestres. Habitualmente se emplea pasta larga, es decir, espaguetis, aunque no faltan versiones con pasta corta, como los macarrones. En resumen, se puede decir que nos encontramos ante una receta anti desperdicio, con pasta sobrante y que se vuelve a cocinar con huevos y queso rallado. Se cuece por ambos lados hasta que se forma una costra. Su presentación no tiene por qué ser atractiva sino compacta y apta para el transporte. Dicho lo cual, los tiempos cambian y con ellos, también los gustos y formas de hacer. Hay quienes prefieren una tortilla de pasta, alta y hermosa, frente a los que se inclinan por un resultado bajo y crujiente.

También existe la tortilla sin huevos, llamada "tortilla de scammaro". Se trata de una versión inventada por Ippolito Cavalcanti, duque de Buonvicino y gastrónomo de la cocina napolitana, quien la ideó ante la necesidad de proponer una preparación adecuada a los conventos para el período anterior a la Pascua, dónde estaba prohibido servir proteínas de origen animal.

 Como se puede imaginar, hay cientos de recetas al respecto. A mí, particularmente, me gusta la tortilla más bien crujiente. Su esponjosidad dependerá de la cantidad de huevos que se incorporen a la tortilla.

Ingredientes: Espaguetis que sobren de la comida, huevos en función de la cantidad de espaguetis y de los crujiente o esponjosa que se desee y aceite de oliva virgen extra.

Elaboración: Calentar en una sartén aceite de oliva, el suficiente como para hacer un sofrito. Añadir la pasta y dejar que se sofría bien por todos los lados. Batir los huevos. Añadir la pasta sofrita a los huevos batidos y mezclar bien. Verter de nuevo a la sartén caliente y proceder a cocinar como si de una tortilla de patatas se tratara. Cuando esté cuajada por debajo, dar la vuelta. Intentar que la tortilla quede dorada, pero sin quemar.

 

                                                                                   

 





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