lunes, 7 de agosto de 2023

01169 Los Guisantes con Jamón y Huevos Fritos

 TRAS UN FELIZ ENCUENTRO


En estos días de calor, y conste que no me desagradan, a la hora de comer acostumbro a optar por un plato único. Abundante, pero único.

Generosas ensaladas variadas, pasta, en cualquiera que sea su versión, legumbres en frío, algún empanado con patatas y pimientos verdes fritos... el repertorio es amplio.

Hace escasos días, me encontré con un conocido al que llevaba tiempo sin verlo. Teníamos tiempo los dos, así que nos dispusimos a tomar un café y poner nuestras vidas al día. El tiempo se nos pasó en un suspiro, hasta que mi interlocutor me dijo que tenía que irse volando a casa para hacer la comida. Ya, levantados de nuestras respectivas sillas y con un apretón de manos en señal de "hasta pronto", le pregunté, más que por interés, por alargar la conversación, qué iba a preparar para comer. Me contestó que unos guisantes con huevos fritos. Le trasladé que los guisantes me encantan y que habitualmente los comía con cebolla y jamón, y que con huevos fritos nunca los había probado. Me invitó a que los hiciera.

Al poco tiempo de ese feliz encuentro, hice para comer guisantes con jamón (ver la entrada de este blog número 00281). Mientras cortaba la cebolla, me acordé de aquella conversación. Así que decidí incorporar un par de huevos fritos, no muy hechos, al plato de guisantes ya cocinados y prestos para salir a la mesa. La cosa prometía. No pintaba mal. Metí la cuchara en una de las líquidas yemas de huevo, incorporé al bocado unos guisantes... y sí, la combinación me resultó deliciosa. La untuosidad de la yema, el dulzor del guisante y la cebolla, y el punto salado del jamón, me fascinaron. Tanto que no creo que tarde mucho en repetir este plato.





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