sábado, 28 de mayo de 2016

00297 Las Begonias

MI PEQUEÑA SUPERVIVIENTE


Cuanto más la miro, más  me identifico con ella. Llegó a la terraza de casa la pasada primavera. No era muy grande, más bien pequeña y repleta de blancas flores. Se adaptó bien a su nuevo hogar. Dicen que las begonias son unas de las plantas que mejor se adaptan a nuevos hábitats. Allí, resguardada del sol directo, pasó el verano y también los inicios del otoño. Con los primeros fríos decidí que entrara al salón. Error. Fue perdiendo las flores y también las hojas. Descubrí que era un exceso de agua el motivo de su lamentable estado. Descubrí que alguien también la regaba junto a las otras plantas sin consideración ni miramiento alguno, como si de un  un impulsivo tic se tratara.

Sin mucha esperanza la saqué de nuevo a la terraza y la cubrí con una bolsa de plástico a la que practiqué unos cortes para que la planta respirara. Apenas quedaba un endeble tallo y media docena de ahogadas hojas. Pasado un tiempo me interesé por ella. Separé una de las aberturas practicadas en la bolsa y fue entonces cuando me cercioré de que la planta quería volver a la vida. Un pequeño tallo emergía de entre una fina capa de verde musgo que ocupaba toda la maceta. No pude más que sonreír y alegrarme del feliz hallazgo.

Llegada la primavera liberé a la begonia del plástico que la cubría y a los pocos días la trasplanté de maceta. Ahora  está casi como cuando llegó a casa hace un año. Me alegro de no haber tirado la toalla. Total, se trataba de una simple planta. Hay más en esta sociedad de quita y pon. Será por begonias. Pero soy de los que coge con facilidad cariño y apego a las cosas por nimias que sean. Todo cuanto me rodea, y más ahora, tiene su pequeña historia sin importancia. La miro, me sondeo y me veo reflejada en ella. Es mi pequeña superviviente. Me reconozco como un pequeño superviviente. Los dos somos unos pequeños supervivientes.

Leo que el género begonia comprende alrededor de 1.500 especies, de las que alrededor de 150, además de casi 10.000 variedades e híbridos, se comercializan para su uso en jardinería. Son oriundas de las regiones tropicales y subtropicales de América, África y Asia. El apelativo del género, acuñado por Charles Plumier, un referente francés en botánica, honra a Michel Bégon, un gobernador de la ex colonia francesa de Haití.

En el lenguaje de las plantas, las begonias transmiten cordialidad y amabilidad y son sinónimo de paciencia.





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