miércoles, 4 de mayo de 2016

00277 Trufas y Sopas

A RANCHO


¡Qué bien saben los días imprevistos! Van de la mano de una simple llamada que anuncia un prometedor y placentero encuentro. Días de dejarte llevar y abierto a cualquier sugerencia. Algo así me sucedió hace unas pocas fechas. En esta ocasión no fue una llamada sino un mensaje de "was". Era de mi hermano Antonio. El texto muy breve: "Nano, llámame cuando puedas". Así lo hice. Me comentó que se encontraba en Hecho en compañía de mis hermanos, Manolo y Pepe, y de mi sobrino Miguel; la cuadrilla de pesca y buenos guiñotes. 


Antonio me propuso subir al día siguiente para vernos y comer unas migas que haría su amigo Enrique. Trasladé la propuesta a mis chicas. Ver a la familia siempre está bien. Visitar Hecho siempre es grato y unas buenas migas no se comen todos los días.


Ese domingo amaneció con amenaza de lluvia para unas horas más tarde cumplir con su amenaza. Llegamos a la sugerente Villa sobre las doce del mediodía. Miguel pescaba. Antonio y Pepe estaban de camino hacia Aguas Tuertas. Sería Manolo quien nos diera la bienvenida y nos pusiera al corriente de la situación, incluido un cambio repentino de menú y hasta de destino. "Al final Enrique va a preparar unas 'Trufas y Sopas' que comeremos en la caseta de Juan, un amigo de Antonio y Enrique", nos informó. Las caras de Gloria, Loreto y Jara, que ya habían segregado jugos para las migas, no podían ser más elocuentes. Sobre todo la de Jara que cuando oye la palabra trufa, huye. Se mostró más aliviada al escuchar que después del inesperado plato habría carne, chorizo y panceta a la brasa.


Mientras consumíamos un aperitivo a la espera del pescador y caminantes,  supimos que las 'Trufas y Sopas' es un plato típico del Valle de Hecho donde a la patata se le llama 'trufa o trunfa'. Un plato de pastor,  que habitualmente se come a rancho, y que se elabora a base de patatas, pan cortado como para migas y tocino. Se ponen a cocer las patatas ya peladas y en una sartén se fríen dados de tocino. Cuando las patatas se empiezan a deshacer se elabora un puré al que se le añade el pan y el tocino. Se hace una mezcla homogénea hasta que al introducir una cuchara, ésta se queda vertical. Más o menos así nos lo explicaron. Jara, que había recuperado su cara tras la sorpresa al enterarse de que las tales trufas eran patatas, volvió a venirse abajo al oír lo de la verticalidad de la cuchara.


Por mandato de Enrique teníamos que acudir a la caseta de Juan a las dos y media en punto. Es un plato que no espera y que se hace necesario comer en el instante preciso. Ni antes ni después. Cuando llegamos,  el pan estaba ya cortado, el tocino frito y Enrique vigilaba la cocción de las patatas. Cuando entendió que las 'trufas' estaban en su punto, las sacó del fuego y vertió sobre ellas las migas y el tocino. Comenzó a mezclar los ingredientes hasta que quedó un espeso puré en el que, efectivamente, al introducir una cuchara, ésta quedaba clavada de forma vertical.

Sería la novedad del plato, su tradicional originalidad, el ambiente en el que las comimos, su peculiar sabor, su inconfundible olor a recia, ancestral y arraigada montaña o la grata compañía, que el resultado no pudo ser más atractivo. Unas ´Trufas y Sopas' con sabor a recuerdo, humildad y hospitalidad. Por cierto, Jara se comió tres platos.

He intentado averiguar algo más sobre este plato típico del Valle de Hecho, pero nada puedo aportar. Tan sólo una receta que he encontrado de Jesús Carreras y que paso a transcribir aquí por si a alguien le viene la tentación de llevarla a la práctica.

Ingredientes:  1 kg de patatas, 4 cebollas, 3 cabezas de ajo, 1 kg de pan cortado como para migas,tocino, sal, una hoja de laurel.

Preparación:  Se ponen a cocer las patatas peladas y enteras junto con las cebollas y la hoja de laurel. En una sarten grande se fríe el tocino, los ajos cortados y el pan, y se reserva. Cuando las patatas y las cebollas se deshacen, hacer un puré reservando el caldo sobrante. Se mezcla el puré con el pan frito en la sartén y se va refriendo todo a fuego lento, añadiendo el caldo necesario hasta que se haga un puré homogéneo.

Presentación:  Se come recién hecho, a rancho, en la misma sartén, preferiblemente con cuchara de madera y siempre con vino de acompañamiento, nunca con agua.











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