miércoles, 11 de mayo de 2016

00285 Los Garbanzos con Sepia

O CON LO QUE SEA


En realidad esta entrada tendría que titularse, "Los Garbanzos". Sin más coletilla. Pero sucede que no tengo fotografías de esta legumbre y sí de una elaboración que hicimos esta pasada Semana Santa y que estaba de vicio.

No diré que sea la legumbre que más me gusta. Me atraen todas por un igual, si bien los garbanzos me parecen los más simpáticos y agradecidos de todas. Además, se conforman con cualquier cosa. Un simple ajo frito, un huevo duro y unas tiras de pimiento rojo o un poco de chistorra, bastan para acompañar su sencillez y humildad. Y ya, si nos venimos arriba, el repertorio es interminable: con callos, con bacalao, acompañados con gambas, encebollados, en potajes, con arroz... para culminar como elemento esencial de un buen cocido tomado en tres golpes.

Sinónimo de frugalidad y pobreza, el decir popular no le confiere muy buenas consideraciones. Si queremos referirnos a algo insignificante, allí está él, "por un garbanzo no se descompone la olla". Que hacemos mención sobre alguien carente de respeto a las normas, también hacemos uso de esta legumbre, "en todo cocido siempre hay un garbanzo negro" o "es el garbanzo negro de la familia". Que hay miedo, "se le ha tapado el culo con un garbanzo". Y el colmo de los colmos para el pobre garbanzo se representa en el dicho, "estar como un garbanzo cocido", que es lo mismo que decir, borracho como una cuba. Y por si esto fuera poco, los griegos de la época clásica comían garbanzos en los banquetes fúnebres.

Menos mal y bien se vale de los nutricionistas,  que ponen al garbanzo en un más que merecido lugar, gracias a sus beneficiosos aportes para nuestro organismo. Así, se destaca su valor diurético, su capacidad para favorecer el tránsito intestinal y su valor energético.

En cuanto a la receta en cuestión, garbanzos con sepia, sencilla como el garbanzo.

Ingredientes para 4 personas: 300 gramos de garbanzos, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen, una sepia de entre 600 y 800 gramos, 150 ml de vino blanco, una cucharada de pimientón, sal y un par de hojas de laurel.

Elaboración: Ponemos los garbanzos a remojo durante lo noche anterior a elaborar el guiso. Calentamos agua en una olla y añadimos los garbanzos con las dos hojas de laurel. Dejamos cocer por espacio de una hora o hasta que veamos que los garbanzos están blandos. Mientras tanto, picamos la cebolla y los dientes de ajo. Limpiamos y troceamos la sepia. En una sartén con aceite estofamos la cebolla y el ajo e incorporamos la sepia que rehogamos con el vino blanco por espacio de unos 10 minutos aproximadamente. Antes de retirar la sartén de fuego, añadimos la cucharada de pimentón. A continuación, incorporamos la sepia con el sofrito a la olla de los garbanzos y dejamos cocer hasta que tanto los garbanzos como la sepia estén totalmente tiernos. Comprobamos el punto de sal y dejamos reposar. Es conveniente que el caldo quede denso.











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