lunes, 22 de agosto de 2022

01035 La Tortilla de Champiñones

 OTRA HUMILDE DELICIA


La tortilla de huevo lo envuelve casi todo. Bien es cierto, que algunos alimentos se acoplan mejor que otros. Mi listado de tortillas es amplísimo, pero si hay una por la que tengo especial debilidad, esta es la de champiñones. No sé, en su humildad, me parece algo delicioso.

El champiñón me resulta muy atractivo tanto por su sabor como por su versatilidad a la hora de cocinarlo. Entra por los ojos y se adapta con facilidad al bolsillo de la economía doméstica.

Nunca hasta hoy me había interesado por las bondades de esta seta. Creo que ya he comentado en alguna ocasión, que una de las cosas "interesantes" que tiene este blog, si es que tiene alguna, es que, desde que se inició, despertó en mí una curiosidad dormida. Así que, después de hacer un buen "tortillón" de setas para cenar, para cuándo mejor, y para completar lo que no tiene más argumento, me he puesto en modo aprendizaje y conocer algo sobre la seta más conocida y comercializada en España. El primer dato: "En nuestro país se producen unos 200 millones de kilos de champiñones al año, siendo La Rioja la principal zona productora".

El champiñón contiene pocos hidratos de carbono, poca fibra, mínimas grasas y escasas proteínas. Sin embargo es rico en las vitaminas del grupo B: B1, B2, B3 y ácido fólico. Además, abunda en potasio, así como en hierro, cobre y selenio. Dicen de él que "la ventaja más interesante del consumo regular de champiñones es su poder anticancerígeno". Por su riqueza en selenio, le sitúan como alimento adecuado para la salud prostática, así como para combatir el envejecimiento prematuro, la arterioesclerosis, la artritis reumatoide o la osteoporosis.

Con estos mimbres, si la tortilla de champiñones me resultaba algo delicioso, ahora me parece hasta obligada su ingesta.

Cada cual hace esta tortilla a su gusto. Yo acostumbro a partir los champiñones en cuartos, una vez aseados. En una sartén con un poco de aceite de oliva sofrío unos ajos cortados a láminas, y cuando comienzan a dorarse, añado los champiñones. Me gustan que estén un poco al dente y sazono al final del cocinado.  En cuanto a la tortilla, me gusta ser generoso con los huevos y que no cuajen por completo, tal y como se observa en la primera imagen. También incorporo a la hora de batir los huevos un poco de perejil cortado.

En fin, otra humilde delicia que llevarse a la boca.

                                                                        


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