miércoles, 18 de noviembre de 2015

00179 Las Bellotas


LEGENDARIOS ROBLES DE PEQUEÑAS BELLOTAS CRECERÁN


A pesar de la valoración negativa que en nuestros días suscita el uso de las bellotas como alimento, el registro arqueológico sugiere que en la Península Ibérica tuvieron un papel importante en la dieta de las comunidades prehistóricas.

Estos días me he hartado en mis paseos de ver infinidad de bellotas, bien enganchadas todavía a la vida, bien desparramadas por el suelo. "Las bellotas para los cerdos y los jabalíes. Allí estarían si se pudieran comer", me insisten. Es entonces cuando me pongo la medalla y como si supiera de bellotas explico que por algún sitio leí que en las comunidades campesinas de Europa y Oriente Medio este fruto era aprovechado en otoño no solo como complemento del forraje para los animales domésticos sino que también eran recolectadas y consumidas cuando la cosecha de cereales escaseaba como un "pan de hambre". Incluso, a pesar de su amargor, se hacia harina con ellas que se utilizaba para cocinar.

La bellota se me antoja un fruto simpático y muy visual que asocio a los dibujos animados,  a las ardillas y a los aderezos de traje regional tradicional. Está asociada a la fuerza y a la virilidad. A partir de una pequeña bellota crece un poderoso roble. En este sencillo hecho de la vida muchas culturas vieron las cualidades de la fecundidad y la paciencia, virtudes que siempre ayudan a los pequeños a perseverar y finalmente triunfar.

En algunas culturas la bellota ha sido talismán de protección frente a los espíritus malignos. En las islas británicas llevar una bellota era una costumbre que se creía propiciaba una larga vida. También era sagrada para Thor, el Dios nórdico del trueno. Se decía que permitía a su portador resistir el impacto de los rayos. De aquí que haya quien ponga en la ventana de su casa una bellota con la intención de evitar que un rayo entre por ella.

Artemisa, diosa griega de la caza, se solía representar con una gargantilla con una bellota, al igual que su equivalente romana Diana. También muchas diosas celtas gustaban de portar bellotas en su indumentaria debido a su asociación con la fertilidad y la inmortalidad.

Símbolo de antigüedad y fuerza, de crecimiento, desarrollo y larga vida. Cómo no me va a gustar la pobre y olvidada bellota.












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