sábado, 7 de mayo de 2022

00981 Las Judías Verdes

 CON TOMATE CASERO


Reaparece la cocina que sabe a recuerdo. Lo hace de forma sencilla y humilde, aunque en su momento tuviera también algo de fiesta.

Cuando hago referencias a la cocina del recuerdo, un alto porcentaje de las ocasiones tiene que ver con los platos que preparaba mi madre. No puede ser de otra manera. Una cocina sencilla, sin demasiadas alharacas, lo que se llevaba por aquellos años. Pero con todo, deliciosa. Solo en contadas ocasiones y fechas muy señaladas, los platos se vestían casi de fiesta con algún cocinado inhabitual pero sin salirse en exceso del guion que imperaba. Digo esto y recuerdo con grata nostalgia lo que pedía para comer en mis santos y cumpleaños: canelones y pollo asado.

Uno de esos platos sencillos que se vestían de fiesta cuando salían a la mesa, consistía en unas simples judías verdes con patatas fritas cortadas a cuadraditos y un sofrito de tomate casero con cebolla. Me parecía por aquellos entonces y también ahora, una auténtica delicia, un manjar.

Siempre pensé, y me ratifico ahora, que una de las grandezas de esta plato tiene que ver con el tomate natural embotado en casa con los tomates recién cogidos del huerto. Mi madre siempre aprovechaba la llegada a casa de uno de estos botes, habitualmente gentileza de mi abuela o de mis tías, para hacer una de sus exquisitas especialidades. Y esta era una de ellas.

Pasarán los años y con ellos las modas, pero siempre prevalecerá en mi memoria la cocina que sabe a recuerdo.





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