martes, 28 de noviembre de 2017

00590 Las Tapas con Alma

LA VIDA ES BELLA


En algún momento del transcurrir de este caleidoscopio vital ya he mencionado que me gustan las tapas y tapear. Hoy quiero dar un paso más y compartir mi gusto por las tapas con alma. Sí, existen. Son aquellas elaboraciones de la micro cocina que guardan en su quehacer una pequeña historia y que más allá de su presencia, sabor y originalidad, dejan entrever su alma.

La que hoy traigo hasta aquí la degusté recientemente en el bar "La Vida es Bella", en la localidad monegrina de Sodeto. Posiblemente, muchos de los que esto leáis no alcancéis a localizar este pequeño pueblo de colonización oscense donde la fortuna llamó a sus vecinos el 22 de diciembre de 2011  para agraciarles con 16 millones de euros. Sería la Asociación de Amas de Casa de esta localidad quienes repartirían entre los vecinos participaciones de lotería del número 58.268, número del Gordo del Sorteo Extraordinario de Navidad de tan recordado año.

Pues bien, en esta pequeña población y en ese bar con nombre de película y creencia personal, probé mi última tapa con alma. El día de pistoletazo de salida del Concurso de Tapas 10 de Los Monegros me presentaron a Alicia, alma mater de "La Vida es Bella". Sabía que se había presentado al concurso y le pregunté por las dos elaboraciones con las que había concurrido. Me habló de una tostada de "firigolla" y albóndiga,  y de una tapa que había bautizado con el nombre de "Pascu & Berni". Me preguntó si sabía qué era la firigolla. A lo que le respondí que ni idea. No sé disimular y asumo mis limitados conocimientos. Con su especial sonrisa, de esas que atrapan, puso luz a mi ignorancia y me dijo que era un pisto aragonés. Ya no se me olvidará nunca. En cuanto a la segunda propuesta, me comentó que se trataba de unas patatas a láminas con chistorra frita en cerveza y jamón. Una tapa que tuvo una idea en origen pero que poco a poco fue evolucionando con las aportaciones de dos asiduos clientes, de los de presencia diaria, de los de si hoy no voy, algo sucede. Sus nombres, Pascual y Bernardino. Conforme me lo iba contando, me contagiaba de su ilusión y pensé, "si señora, no sé como estará la tapa, pero de lo que estoy seguro es de que tiene alma".

Al cabo de unos días acudí, con mi amigo Manolo,  a la localidad afortunada para degustar las tapas de "La Vida es Bella". Tenía curiosidad por saborear la tapa con alma de "Pascu & Berni". Y cual fue mi fortuna, en lugar afortunado, que allí también estaba "Berni", uno de los artífices e ideólogo de la tapa. Mientras Alicia daba los últimos toques a las tapas tuve el privilegio de escuchar a "Berni". Hubiera estado toda la tarde escuchándole. Me habló de cuando llegó a Sodeto como colono hace medio siglo. De sus ilusiones de por aquel entonces, de cómo le había tratado y se había ganado la vida, de sus hijos, de cómo es  la vida en un pueblo, de cómo han cambiado los tiempos, del día que tocó la lotería en Sodeto, de cómo fue esa mañana y de cómo se enteró de que él también había sido agraciado con el Gordo. "Berni" es un hombre, que  con la paz que dan los años,  también está provisto de buen verbo y yo tengo buena escucha. En cuanto salieron las tapas,"Berni" se despidió con un buenas tardes y ya sabes donde encontrarme. No pude llegar a decirle que la tapa estaba tan deliciosa como la conversación que acabábamos de mantener. Y que me quedé con el regusto de la conversación, el mismo que me dejó la tapa. Y me imaginé a Alicia, con su amplia sonrisa, recibiendo cada día a dos de sus habituales parroquianos, Pacual y Bernardino, para hablar de lo bella que es la vida en "La Vida es Bella", y transferir a la tapa "Pascu & Berni", el alma de la amistad y del cariño nacido en el diario roce. ¿Qué cómo es la tapa? Lo mejor es ir a probarla a Sodeto.


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