sábado, 27 de abril de 2024

01325 Los Huevos Revueltos

 FELIZ REENCUENTRO


En esta ocasión, la cosa va de antojo. Desconozco el motivo, pero esta mañana, en pleno aseo personal, me han venido a la cabeza los huevos revueltos. Ni sé el tiempo que hacía que no los probaba. Y eso, que hubo un tiempo que llegaron a formar parte de mi dieta acostumbrada. Ni sé la cantidad de alimentos que llegué a implicar a unos huevos revueltos. Así, que me he puesto manos a la obra.

Para celebrar este feliz reencuentro, he decido que los huevos vayan acompañados de unos buenos partenaires. Y qué mejor, que invitar a unas gambas y a unas amables gulas.

Aunque su cocinado es sumamente sencillo, hay que tener en cuenta alguna que otra consideración al respecto,  para no sentarnos ante los huevos revueltos que acostumbran a proponernos en los bufés de desayuno y que, salvo rara excepción, no hay por dónde cogerlos. A simple vista, ya transmiten muy poca confianza y parecen auténticos engrudos. Aun gustándome como me gustan, cuando se da el caso, intento pasar de largo.

Así pues, para conseguir sacar a la mesa unos buenos huevos revueltos, al margen de que cada cocinillas tenga sus trucos y costumbres, hay una regla básica: los huevos hay que batirlos despacio y no durante mucho tiempo, y cocinarlos a fuego lento hasta conseguir el deseado punto de jugosidad. Y a partir de aquí, tira millas. 

Hace muchos años, en un curso de cocina para principiantes al que asistí, recuerdo que el instructor nos enseñó a los participantes a cocinar unos buenos huevos revueltos bajo las siguientes premisas: cuchara de madera, mantequilla en lugar de aceite y comenzar a cocinar los huevos en la sartén fría. Y funciona. Ya lo creo que funciona. Así los hice durante aquellos años y así los he vuelto a cocinar ahora.

No las tenía todas conmigo que, después de tanto tiempo sin cocinar unos huevos revueltos, pudiera conseguir ese plato de antojo con el que he comenzado el día. Pero sí, ha quedado niquelado. Y anda que no he disfrutado con estos huevos revueltos de gambas y gulas. Lo dicho, ha sido un feliz reencuentro.

Ingredientes para 4 personas: 8 huevos, 400 gramos de gulas, 300 gramos de gambas peladas, 2 dientes de ajos, aceite de oliva virgen extra, 50 gramos de mantequilla, 2 cayenas, sal, cebollino y tostadas de pan.

Elaboración: Picar los ajos y dorarlos en un poco de aceite de oliva virgen extra. Añadir las cayenas y rehogar no más de un minuto. Incorporar las gambas peladas y cocinar por espacio de un par de minutos. Transcurrido este tiempo, añadir las gulas, sazonar y cocinar todo, removiendo continuamente durante un par más de minutos. Reservar. Batir ligeramente los huevos y despacio, que no se genere espuma. Sazonar. Llevar una sartén con una cucharada de mantequilla, que previamente habremos licuado en el microondas, al fuego bajo e incorporar los huevos batidos. Remover continuamente y cuando el huevo comience a cuajar, incorporar las gambas y las gulas. Cocinar un minuto sin parar de remover y servir. A la hora de sacar el revuelto a la mesa, espolvorear un poco de cebollino cortado y acompañar con unas tostadas de pan.




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