martes, 9 de abril de 2024

01318 Los Refugios Cotidianos

 PEQUEÑOS ESPECTÁCULOS NATURALES


Gustaba sentarse bajo el árbol a contemplar el paisaje aprendido, cuando el invierno había recogido sus enseres para dejar espacio a la siempre prometedora primavera. Era su pequeño espectáculo y gran refugio.

La gorra calada, algo de abrigo y algún cigarrillo suelto por si acaso. No necesitaba más. Hombre de viejo informado, ni el periódico le apetecía llevar. "Lo acontecido diario, no encaja con este mirar", acostumbraba a decir.

Apoyada su espalda sobre el tronco del árbol, miraba, sin más, a unos campos que comenzaban a verdear y a un almendro en flor, solitario ejemplar.

Y así, horas y horas podía pasar. Tampoco había que hacer mucho más que contemplar y atender a algún rezagado pensamiento, ya sin importancia. Si el sol se dejaba notar, incluso alguna cabezada llegaba sin avisar. Era feliz, dentro de lo que podía esperar. Era el único lugar en el que podía soportar a su escepticismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario