lunes, 26 de febrero de 2024

01273 Las Berenjenas Fritas con Miel

INOLVIDABLE CONTRASTE DE SABORES


Las berenjenas fritas con miel es uno de los sabores gastronómicos que me traje de mi viaje a la deliciosa, monumental, atractiva y no sé cuántos adjetivos más, ciudad de Granada. ¡Qué pasada de localidad!

El caso es que en uno de los muchos aperitivos que nos ofrecieron durante nuestra estancia, nos dieron a degustar unas berenjenas fritas con miel de caña. Ya iba sobre aviso y era conocedor de lo típico que era en esta ciudad este plato. Dada mi afición a la berenjena, tenía que gustarme sí o también. La incógnita era averiguar hasta qué punto. Y puedo decir que fue de sobresaliente. Había probado la berenjena de un buen número de facturas, pero nunca así, y me pareció todo un acierto. El contraste de sabores es digno de mención y comerlas un auténtico placer. Tanto me gustaron, que no tardé en hacerme con una receta para prepararlas en casa a nuestro regreso.

Según pude leer, esta receta es de origen árabe y muy típica en Granada, Córdoba, Málaga, Jaén y prácticamente en toda Andalucía. El secreto de este cocinado, a tenor de los entendidos, es conseguir una textura crujiente por fuera, como sabrosa por dentro. La forma de presentación habitual es en bastones o en ruedas. Las probé de sendas maneras, las dos excepcionales, si bien, me hicieron más tilín en bastones. Más fácil y entretenido de comer.

En síntesis, un plato para compartir, disfrutar y de grato recuerdo.

Cuando me interesé por la receta, me hice con varias. Cada una tenía su peculiaridad. Finalmente, me decanté por la que a continuación comparto y cuya autoría es de Damián Serrano y su blog Bon Viveur, al que sigo con asiduidad.

Ingredientes para 2 personas: 1 berenjena grande, miel de flores o miel de caña, cerveza, leche o agua con gas, harina de trigo fina para enharinar, aceite para freír y sal.

Elaboración: Lo primero de todo es lavar muy bien o pelar la berenjena, dependiendo si la prefieres preparar con o sin piel. Luego, hay que cortarla en rodajas gruesas y, después, cada rodaja en bastones. Una vez cortada, poner las rodajas en un recipiente y cubrirlas con la cerveza, la leche o el agua con gas. Este remojo es el primero de los consejos para que la berenjena coja menos aceite. Dejarla en remojo una media hora. Si fuera necesario, colocar un poco de peso encima para que quede completamente sumergida en el líquido. Escurrir la berenjena. Sazonar con sal. Enharinar los bastones y eliminar el exceso de harina. Una manera fácil de realizar este enharinado es colocando un puñado de bastones en un recipiente con tapa junto con una cucharada de harina. Cerrar muy bien y agitar para que queden enharinados. Calentar el aceite para freír. La temperatura ideal para esta fritura está entre los 170 ºC-180 ºC, sin que el aceite llegue a humear. Si tienes una freidora eléctrica o un termómetro de cocina este paso es bastante fácil ya que podemos medir esa temperatura. Para comprobarlo en la sartén, puedes ayudarte friendo un trocito de pan. Si se queda abajo, el aceite está frío. Si se queda arriba y se dora muy rápido, el aceite estaba demasiado caliente. Lo ideal es que baje e inmediatamente suba. Cuando el aceite esté a temperatura, freír la berenjena por tandas unos 3 o 4 minutos, hasta que se doren los bastones. No hay que sobrecargar la fritura para que mantenga la temperatura. Si echamos mucho a la vez, el aceite se va a enfriar, la berenjena va a tardar más en freírse y, durante ese tiempo, va a ir absorbiendo cada vez más y más aceite. Conforme se van sacando los bastones de berenjena de la sartén, se van dejando reposar sobre papel de cocina para retirarles el exceso de aceite. Por último, salar ligeramente, colocar en el plato de servir y repartir una o dos cucharadas de miel por encima. Se puede acompañar con un poco más de miel por si cada comensal desea completar con un poco más.

 

 

 

 

 




No hay comentarios:

Publicar un comentario