sábado, 22 de julio de 2023

01159 La Sopa Fría de Pepino y Aguacate

REFRESCANTE COMBINACIÓN


Los pepinos y pepinillos de mi huerto se están comportando este verano francamente bien; de diez. Tanto es así, que todas las noches ceno un ejemplar, ya sea de una u otra variedad, en su versión más sencilla; es decir, simplemente con vinagre, aceite y sal. Entiéndase que, cuando hablo de pepinillos, antes de cogerlos de la mata, dejo que se hagan del tamaño del pepino. Otro día dejaré aquí plasmada mi anécdota con los pepinillos que, por cierto, me parecen todavía más deliciosos que los pepinos, que ya es decir.

Es uno de los frutos que me proporciona un breve estado de felicidad y bienestar. Sí, lo tengo más que comprobado. Ese estado se manifiesta con el primer corte de cuchillo cuando empiezo a quitarle la piel. Esa incisión airea el aroma del pepino. Un olor fresco y limpio, que me hace sentir bien.

Como digo, habitualmente, cada noche, lo consumo con aceite, vinagre y sal. Y si estoy de capricho, le añado una lata pequeña de atún en aceite. La combinación me resulta deliciosa. Cuando se me amontonan los pepinos, como es este año, además de obsequiárselos a los más allegados, junto con otros productos del huerto, busco otras formas de consumirlos. Como por ejemplo, esta que comparto a continuación. Se trata de una sopa fría de pepino y aguacate. Sabrosa, refrescante, cuya máxima complicación a la hora de elaborarla, es darle al botón del brazo de cocina o de la batidora. Se conserva bien durante unos días en el frigorífico y siempre es apetecible su ingesta.

Ingredientes: 1 kilo de pepinos, 500 gramos de aguacate, 2 dientes de ajo, 100 ml de aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas de vinagre de Jerez, pimienta negra, sal, unas hojas de menta y agua muy fría, en la cantidad necesaria, según queramos la sopa clara o densa.

Elaboración: Pelar pepinos y aguacates. Cortarlos en trozos. Triturar todos los ingredientes indicados, ayudados de un brazo de cocina o de una batidora. Probar el punto de sal. Añadir el agua fría y volver a triturar. La cantidad de agua a añadir, dependerá si queremos una sopa cremosa o líquida. Guardar en el frigorífico hasta el momento de servir. Adornar el plato con una hoja de menta y un chorro de aceite de oliva virgen extra o con lo que apetezca en ese momento.



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