viernes, 21 de julio de 2023

01158 Solo Fue un Sueño

 MICRO RELATO


Había tocado fondo. Lo sabía. Como tantas otras veces, había tocado fondo. Se hacía necesario, más que nunca, acabar con su situación de tristeza, amargura e indomable infelicidad que le acompañaba desde el olvido de sus días. Ser él, creer en sí mismo, quererse y hacerse con la fuerza necesaria para romper con todo aquello que atenazaba su vida. 

Ese día, sus pasos le llevaron hasta un idílico paraje, otrora recreo de su infancia, próximo a la ciudad en la que sobrevivía. El aire era fresco en la mañana de los últimos amaneceres del verano. Entre las hojas y ramas de los árboles que poblaban tan bello espacio, se dejaban entrever un cielo limpio, azul, y un sol desdibujado que se empeñaba en formar parte de una armonía perfecta. 

Caminó, como un equilibrista sobre el alambre, a lo largo de la orilla del pequeño río que dividía, en partes desiguales, el fresco y oloroso paraje. En su juguetón caminar, abrió y cerró los ojos en repetidas ocasiones para escuchar mejor el sonido del aire, de la tierra pisada, de los árboles y del discurrir del agua. Al llegar a un meandro del estrecho río, se detuvo y asomó su cara al agua para verse reflejado en ella. Observó una faz diferente y animosa. El hombre indeciso y gris había dejado paso a un ser luminoso, decidido e instalado frente al timón de su vida. Ya no había miedos a las decisiones a tomar. Parecía todo tan enérgico y sencillo. Decisión y elección. Elección y decisión, reía mientras repetía. 

Sereno y con un brillo jamás visto en su mirada, regresó sobre sus pasos para... A través del ventanal del dormitorio se colaba una tenue luz que apenas alumbraba la habitación. Se desperezó confundido, desganado e incluso algo alterado. Antes de abandonar la cama, miró y remiró con asombro la estancia. Puso los pies en el suelo y se dirigió al aseo. Se miró en el espejo y allí estaba él; el de siempre. El olor a café recién hecho le devolvió a la vida. Los gritos de los vecinos de abajo, a la rutina. El sonido de la calle, a la monotonía. El dolor de huesos, a ver cómo se pasa el día. Solo fue un sueño. Un hermoso e inesperado sueño. 


Fotografías: Fuente de Marcelo (Huesca), septiembre de 2019

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