jueves, 6 de julio de 2023

01153 Había Que Intentarlo

 MEJORABLE


Este pasado invierno, animados en casa por otras experiencias de elaboración propia y con resultados más que óptimos, intentamos hacer lomo curado casero. El título que le he dado a esta entrada vaticina cómo acabó el invento.

El lomo curado o embuchado me encanta, nos encanta, así que decidimos hacerlo en casa. De un libro que tenemos que versa sobre adobos, embutidos y preparación de carnes, por resumir, cogimos una de las recetas que hacía referencia al lomo curado. Tomamos la más sencilla de todas. Aparentemente, no presentaba excesiva dificultad.

Compramos una cinta de lomo fresco, de cerca de dos kilos y seguimos al pie de la letra las instrucciones de cómo curarlo de forma casera. Conforme seguíamos los pasos de la receta, la cosa parecía que pintaba bien. La boca se me hacía agua. Llegó el momento de colgarlo a la espera de que se curara definitivamente. No había día que no tocara la pieza con objeto de conocer su estado de curación. No acostumbro a ser impaciente, pero en este caso, algo de impaciencia había. Por fin, llegó el día. Parecía que la rojiza y atractiva carne había cogido la justa consistencia y se podía comer ya.

Preparé la tabla de cocina, cogí un buen y afilado cuchillo, y comencé a cortar finas lochas de lomo. No quise probarlo en soledad ni adelantarme al resto de la familia. Dispuse las lonchas recién cortadas en una fuente, acompañadas de pan con tomate. Ya los cuatro en la mesa, cogí el primer trozo de lomo, me lo llevé a la boca, lo saboreé, miré al resto de la familia, nos miramos y comenzamos a dar nuestros respectivos pareceres. "No está mal", "Salado como una morra", "Habría hecho falta más pimentón", "Estuvo muchos días en sal", "Se puede comer".... fueron algunas de las breves frases que recuerdo. Todas tenían razón. No estaba mal, algo salado, más que algo salado conforme fueron pasando los días, le faltaba pimentón y puede que dejáramos el lomo en sal, algo más de lo indicado en la receta. En ese momento pensé que "había que intentarlo" y corregir en un futuro los errores. O lo que es lo mismo, malmetiendo se aprende.

De cualquier manera, tampoco debía estar tan mal, cuando apenas duró entre nosotros 15 días, desde que cortara la primera loncha. El próximo invierno, más y mejor. 

Ingredientes: Por cada kilo de lomo de cerdo; 1 kilo de sal gruesa, 100 gramos de azúcar y 4 cucharadas de pimentón de la Vera dulce. 

Elaboración: Mezclar la sal y el azúcar. Colocar la pieza de lomo dentro de un recipiente y cubrir por completo la pieza con la mezcla de sal y azúcar. Dejar en el frigorífico 24 horas. Pasado este tiempo, lavar bien el lomo debajo del grifo con agua fría y secarlo con papel de cocina. Untar la pieza de lomo con el pimentón y colgar en un lugar oscuro y seco. En dos o tres semanas se podrá comer. 





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