CAPITAL DEL ALGARVE PORTUGUÉS
Un dato a tener en cuenta; no tiene playa. Toda su costa es Parque Nacional, gracias al gran humedal de la Ría de Formosa. De aquí que la vida en Faro mantenga el pulso tranquilo del sur de Portugal.
La visita a la ciudad la iniciamos en las proximidades del puerto. Allí se encuentra la ciudad antigua a la que accedemos por el Arco da Vila, uno de los arcos que encontramos a lo largo de la muralla que rodea el conjunto urbano del viejo Faro. Es aquí donde encontramos la historia de la ciudad en contraste con la urbe más moderna y que visitamos en un tren turístico. Entre calles empedradas, naranjos y el continuo sobrevolar de aviones se alzan la Cámara Municipal, la Catedral gótica , el Museo Arqueológico, la iglesia del Carmen con la Capillas de los huesos... Y si el cansancio aprieta, siempre hay una terraza donde renovar fuerzas y degustar alguno de los tesoros del mar.
Faro adquirió su vocación cosmopolita con la apertura de su aeropuerto internacional el 11 de julio de 1965. Gracias al aumento de la demanda turística en el Algarve, la ciudad posee el segundo aeropuerto más transitado de Portugal, después del de Portela en Lisboa, con un movimiento de más de 5 millones de pasajeros al año.
Leo que la ciudad ha servido de almacén comercial, en un gran sistema comercial basado en el intercambio de productos agrícolas, pescado y minerales. Su nombre, Ossonoba, fue uno de los más importantes centros urbanos en la región del sur de Portugal, entre los siglos III a.c y VIII d.c. Esta zona de la ciudad estaba gobernada por romanos y visigodos, habiendo llegado a ser conquistada por los moros en el año 713. Fue entonces, a instancias del príncipe árabe Bekr Bueno, en el siglo IX, cuando la ciudad se reforzó por un nuevo muro. Después de la independencia de Portugal, en el año 1143, Alfonso Henriques, primer rey de Portugal, y sus sucesores, comenzaron a ampliar el sur del país tras reconquistar los territorios ocupados y que culminó con la conquista del Algarve y de la ciudad de Faro en el año 1249. Faro fue elevada al rango de ciudad en el año 1540, y desde 1830 es la capital del Algarve. Faro fue parcialmente destruida durante el terremoto de 1755.
Un dato a tener en cuenta; no tiene playa. Toda su costa es Parque Nacional, gracias al gran humedal de la Ría de Formosa. De aquí que la vida en Faro mantenga el pulso tranquilo del sur de Portugal.
La visita a la ciudad la iniciamos en las proximidades del puerto. Allí se encuentra la ciudad antigua a la que accedemos por el Arco da Vila, uno de los arcos que encontramos a lo largo de la muralla que rodea el conjunto urbano del viejo Faro. Es aquí donde encontramos la historia de la ciudad en contraste con la urbe más moderna y que visitamos en un tren turístico. Entre calles empedradas, naranjos y el continuo sobrevolar de aviones se alzan la Cámara Municipal, la Catedral gótica , el Museo Arqueológico, la iglesia del Carmen con la Capillas de los huesos... Y si el cansancio aprieta, siempre hay una terraza donde renovar fuerzas y degustar alguno de los tesoros del mar.
Faro adquirió su vocación cosmopolita con la apertura de su aeropuerto internacional el 11 de julio de 1965. Gracias al aumento de la demanda turística en el Algarve, la ciudad posee el segundo aeropuerto más transitado de Portugal, después del de Portela en Lisboa, con un movimiento de más de 5 millones de pasajeros al año.
Leo que la ciudad ha servido de almacén comercial, en un gran sistema comercial basado en el intercambio de productos agrícolas, pescado y minerales. Su nombre, Ossonoba, fue uno de los más importantes centros urbanos en la región del sur de Portugal, entre los siglos III a.c y VIII d.c. Esta zona de la ciudad estaba gobernada por romanos y visigodos, habiendo llegado a ser conquistada por los moros en el año 713. Fue entonces, a instancias del príncipe árabe Bekr Bueno, en el siglo IX, cuando la ciudad se reforzó por un nuevo muro. Después de la independencia de Portugal, en el año 1143, Alfonso Henriques, primer rey de Portugal, y sus sucesores, comenzaron a ampliar el sur del país tras reconquistar los territorios ocupados y que culminó con la conquista del Algarve y de la ciudad de Faro en el año 1249. Faro fue elevada al rango de ciudad en el año 1540, y desde 1830 es la capital del Algarve. Faro fue parcialmente destruida durante el terremoto de 1755.
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