lunes, 19 de diciembre de 2022

01082 La Queimada

 BÚHOS, LECHUZAS, SAPOS Y BRUJAS


Independientemente de que me guste el sabor de esta bebida, de su tradición en Galicia, de lo que representa y su conjuro a la hora de elaborarla, si hay algo que me encanta de ella, es su capacidad para congregar familia, amigos y vecinos, y por supuesto, su carácter festivo. Es de las bebidas que une, como el tradicional poncho navideño aragonés.

La queimada es una bebida alcohólica elaborada con aguardiente de orujo, granos de café, azúcar y cáscaras de limón y naranja. Aunque se bebe en cualquier periodo del año, es en San Juan, la noche mágica por excelencia, cuando esta bebida cobra real protagonismo.

Hasta 1972 se creía que la queimada era de origen celta, pero el catedrático de prehistoria de la Universidad de Santiago, Carlos Alonso del Real, en ese año hizo observar que se estaba en un error, ya que la destilación del aguardiente mediante un alambique fue bastante posterior. Alonso del Real fijó su origen en la Edad Media.

Todo el ritual de preparación “está dirigido a alejar a los malos espíritus y a las meigas que, según la tradición, acechan a los hombres y mujeres para intentar maldecirles ya sea por diversión, por venganza, por algo que han realizado anteriormente, o por cualquier otro motivo”

Habitualmente, la queimada, que aúna varios de los elementos más característicos de Galicia: agua, tierra, fuego y aire, se realiza por la noche, en una olla de metal o barro para evitar que se queme. Uno de los conjuros más populares fue escrito por el artista Mariano Marcos Abalo en 1967. Se recita en el momento que comienza a arder el orujo. Mientras tanto, se debe remover hasta que el azúcar se consuma y las llamas se apaguen, lo cual indica que el alcohol se ha evaporado prácticamente.

Ingredientes: 1 litro de aguardiente blanco, 150 gramos de azúcar blanco, granos de café y peladuras de limón y naranja.

Elaboración: En una cazuela de barro o cerámica se vierte el aguardiente y el azúcar. Tras lavar limones y naranjas, se añaden las peladuras y unos granos de café enteros. Coger un poco de orujo con un cucharón y un poco de azúcar, y prenderle fuego. Acercar el cucharón al líquido del recipiente hasta que prenda el alcohol. Remover hasta que las llamas adquieran un color azulado. Lo ideal es que arda durante unos 15 minutos, pero todo dependerá de la presencia de alcohol que se desee.

Conxuro de Mariano Marcos Abalo que se acostumbra a recitar mientras se remueve la queimada:

 


GALLEGO

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas;

demos, trasnos e diaños;

espíritos das neboadas veigas,

corvos, pintegas, e meigas;

rabo ergueito de gato negro

e todos os feitizos das menciñeiras.

 

Podres cañotas furadas,

fogar dos vermes e alimañas,

lume da Santa Compaña,

mal de ollo, negros meigallos;

cheiro dos mortos, tronos e raios;

fuciño do sátiro e pe do coello,

ladrar de raposo, rabiño de martuxa,

oubeo do can, pregón da morte...

 

Pecadora lingua da mala muller

casada cun home vello.

Averno de Satán e Belcebú,

lume de cadáveres ardentes,

lumes fatuos da noite de San Silvestre,

corpos mutilados dos indecentes,

e peidos dos infernales cus...

 

Bruar da mar embravecida,

agoiro de naufraxios.

Barriga machorra da muller ceibe,

miañar dos gatos que andan á xaneira,

guedella porca da cabra mal parida

e cornos retortos de castrón...

 

Con este cazo

levantarei as chamas deste lume

que asemella ao do inferno,

e as meigas ficarán purificadas

de tódalas maldades.

Algunhas fuxirán a cabalo das súas escobas,

para iren se asulagar

no mar de Fisterra.

 

Ouvide! Escoitade estos ruxidos...!

Son as bruxas que están a purificarse

nestas chamas espiritosas...

E cando este gorentoso brebaxe

baixe polas nosas gorxas,

tamén todos nós quedaremos

libres dos males da nosa alma

e de todo embruxamiento.

 

Forzas do ar, terra, mar e lume!

a vós fago esta chamada:

si é verdade que tendes máis poder

que a humana xente,

limpade de maldades a nosa terra

e facede que aquí e agora,

os espiritos dos amigos ausentes

compartan con nós esta queimada.

 

CASTELLANO

Búhos, lechuzas, sapos y brujas;

demonios, duendes y diablos,

Espíritus de las nublosas vegas,

cuervos, salamandras y hechiceras;

rabo erguido de gato negro

y rodos los hechizos de las curanderas.

 

Podridos troncos agujereados,

hogar de los gusanos y alimañas,

fuego de la Santa Compaña,

mal de ojo, negros maleficios;

hedor de los muertos, truenos y rayos;

hocico del sátiro y pata de conejo,

ladrar de zorro, rabito de garduña

aullido del perro, pregón de la muerte…

 

Pecadora lengua de mala mujer

casada con un hombre viejo.

Averno de Satán y Belcebú,

fuego de los cadáveres ardientes,

incendios fatuos en la noche de San Silvestre

cuerpos mutilados de los indecentes,

y pedos de los infernales culos…

 

Rugir del mar embravecido,

presagio de naufragios.

Barriga estéril de la mujer soltera,

maullar de los gatos en celo,

melena sucia de la cabra mal parida

y cuernos retorcidos de castrón…

 

Con este cazo

levantaré las llamas de este fuego

que se parece al del infierno,

y las brujas quedarán purificadas

de todas sus maldades.

Algunas huirán a caballo de sus escobas,

para irse a sumergir

en el mar de Finisterre.

 

¡Oíd! ¡Escuchad estos rugidos…!

Son las brujas que se están purificando

en estas llamas espiritosas…

Y cuando este delicioso brebaje,

baje por nuestras gargantas,

también todos nosotros quedaremos

libres de los males de nuestra alma

y de todo embrujamiento.

 

¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!

a vosotros hago esta llamada:

si es verdad que tenéis más poder

que la humana gente,

limpiad de maldades a nuestra tierra

y haced que aquí y ahora,

los espíritus de los amigos ausentes,

compartan con nosotros esta queimada.



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