sábado, 23 de abril de 2022

00973 Los Tropezones con Gusto

LOS DEL QUESO FETA


Sigue saliendo a la mesa el puré de calabaza. Todavía queda una calabaza, hermosa calabaza, por cierto, de la última recolección. Y continúo emparejando sabores que le de un plus al anaranjado puré y que se suman, a modo de deliciosos tropezones, a la variopinta lista que por este caleidoscopio vital va pasando. Me encanta la palabra "tropezón", aunque al oído no suene sutil. Siempre me ha parecido un vocablo muy simpático y cargado de sorpresas.

El último sabor experimentado con el puré de calabaza es el que se desprende del queso feta, el llamado buque insignia de los productos lácteos griegos y el más identificativo de la gastronomía griega en el mundo. Se trata de un queso elaborado generalmente con leche de oveja, de color blanco,  consistencia firme, cremoso y con intensos sabores dulces y amargos. Su masa presenta pequeños agujeros y algunas grietas. Es un queso natural para el que en su elaboración no se utilizan conservantes, salvo la salmuera en el que se cura. Contiene menos calorías que otros tipos de queso y tiene un índice bastante alto de proteínas.

Así es el amigo que he incorporado al puré de calabaza en forma de tropezón y que no me ha decepcionado en absoluto. Tengo que reconocer que hasta me ha dado pena que se acabara con la última cucharada. En esta ocasión, el queso feta ha salido de las ensaladas para alegrar al humilde puré y darle un gusto muy, muy especial y sugerente. Para redondear el plato, este ha sido servido con un chorrito de aceite virgen de oliva extra y pimentón dulce, que ha sido el acabose.




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