lunes, 24 de septiembre de 2018

00810 La Tortilla de Pecado

DOS O TRES AL AÑO

Supongo que tendrá otra denominación, aunque yo la desconozco. Así, que como se trata de una tortilla que está de pecado y es un pecado comerla, la bautizo de esta forma.

No acostumbro a elaborarla y cuando la hago, me entra cargo de conciencia. Es más, he estado luchando contra la tentación, como tantas otras veces, pero alguna vez me tiene que ganar la partida. Y no me arrepiento, está deliciosa. La hacía mi abuela Genoveva, también mi madre, y yo continuo con la tradición. !Ah, claro! que todavía no he dicho de qué palo va esta tortilla.

Se trata de la típica tortilla "mal hecha" que nace al finalizar la operación de un rebozado. Raramente calculamos bien el huevo a utilizar en un rebozado y siempre nos queda huevo batido en el plato de operaciones. Cuando utilizamos pan rallado para el rebozado, en el aceite de la sartén  quedan habitualmente un buen número de crujientes granitos de pan rallado. Este es el justo momento de vencer la tentación. O nos despreocupamos del huevo restante y del aceite y a otra cosa mariposa, o echamos el huevo en la sartén y mientras se hincha y burbujea, con una rasera vamos removiéndolo para que absorba el pan rallado. Sacamos de la sartén la aceitosa tortilla y la depositamos sobre una rebanada de pan. ¡Qué escándalo! Cualquier dietista, nutricionista o galeno que pueda leer esto se llevará las manos a la cabeza. Normal.

Aunque este aprovechamiento del rebozado me encanta, es el segundo que he tomado en todo el año.

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