miércoles, 8 de enero de 2020

00899 El Tomate con Gulas

DELICIOSA COMBINACIÓN

Simplemente cogido de la mata, en plena maduración, y llevármelo a la boca, me es más que suficiente. A partir de aquí, cualquier sugerencia en torno al tomate resulta gratificante. Y es que se trata de un fruto que está presente en cientos de recetas, ya sea como ingrediente principal o como base para multitud de elaboraciones culinarias. Mi discreta experiencia me dice que se lleva bien con casi todo.

Este pasado verano, aunque se hicieron rogar, la producción de tomates en mi huerto finalmente fue generosa. Aún repartiendo entre familiares y amigos, comiendo casi todos los días y embotando en distintas variantes y versiones, el último tomate natural lo disfruté cercanas las Navidades.

La mayoría de los rojos y exquisitos tomates fueron consumidos con ajo, aceite y sal. No obstante, el buen número de ejemplares recogidos me permitió en este periodo de tiempo, sin miedo a equivocarme, una serie de combinaciones a cual más interesante. La que traigo hasta aquí es una de ellas.

Habían sobrado unas gulas, algo más de un puñado,  elaboradas al modo tradicional, ligeramente fritas en aceite con ajo y un par de cayenas. El tomate era hermoso, grande y bien maduro. Así que no dudé en presentarlos juntos a la mesa. Corté el tomate en rodajas longitudinales, lo aliñé con sal y aceite, calenté ligeramente las gulas en el microondas y las vertí sobre el tomate.

La combinación me resultó deliciosa, hasta el punto que creo recordar que me supo a poco. Cuando en el plato no quedó ni el aceite, decidí que pasarían a formar parte de este caleidoscopio vital.


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