lunes, 4 de mayo de 2020

00913 Las Empanadillas al Horno

CON EL RELLENO TRADICIONAL

Las empanadillas, al igual que la tortilla de patatas, las croquetas o las albóndigas, desde la infancia han estado siempre muy arraigadas a nuestra dieta. Me resulta una preparación deliciosa que particularmente asocio a la fiesta o a los aperitivos de domingo. Da igual en qué consista el relleno. Me gustan todas, si bien, por tradición y costumbre, habitualmente las elaboro con el consabido relleno a base de atún, huevo duro, cebolla y tomate frito. Así lo aprendí de mi madre y así lo pongo en práctica.

Entrado en una fase de la vida en la que todo lo bueno parece estar prohibido, cierto es que el tiempo de saborear este pequeño y delicioso bocado entre una y otra ocasión cada vez es más largo. Que si aceites, que si frituras, que si.... Pero hete aquí, que en una ocasión, no sé si porque alguien me lo recomendó, lo leí o lo vi en televisión, aparecieron en mi vida las empanadillas al horno. El primer día que las preparé de tal guisa no las tenía todas conmigo. ¿Quedarían resecas? ¿Echaría en falta el olor y sabor de la fritura?. Pero mi sorpresa a la hora de probarlas una vez pasadas por el horno fue monumental. Sabrosas, crujientes, de vicio, sin remordimiento posterior.

No tiene misterio alguno. Preparar las empanadillas como se tenga por costumbre, disponerlas sobre una bandeja de horno, previamente pintadas con yema de huevo, y esperar a que se doren. Tiempo de horneado entre 10 y 15 minutos a 180 grados.

Porque no dispongo en estos momentos de obleas, que si no, ya estaba poniéndome manos a la obra. No hago más que salivar viendo las dos imágenes.



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