EFÍMERA VESTIMENTA
La tenue luz de atardecer ayudó a vestirse a unas despistadas nubes, que transitaban sobre mi cabeza de forma lenta y desordenada. Su efímera vestimenta, como de fiesta, contrastaba con un cielo, como de diario. Me pareció una bella estampa con la que terminar un día más de primavera, antes de regresar a casa y acabar regalando mi cansancio al sueño. Les deseé buen viaje, allá donde fueran con su improvisado vestido de fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario