DEL VIEJO PARQUE
en esos días de admirada luz
y trinos de cobijo entre tus ramas.
Contemplé el naciente verdor de la esperanza,
que nunca falte,
asido a tu notable ramaje,
flamígera imagen,
que pareciera querer calentar el aire.
Fijé en ti mi mirada,
de observador paciente,
en los días de brumas y amnesia,
en las horas de ardiente paisaje,
en el desmayo de tus hojas,
y en el despertar de la vida dormida.
Nunca dejas de acompañarme,
confidente árbol del viejo parque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario