Hacía muchos años que no transitaba por esta calle y sus aledaños. Hay recuerdos y reencuentros que cuestan afrontar. Hacerlos presentes en algún lugar del cuerpo duelen y estrangulan el alma. La última vez que aquí fijé mis ojos en esta pequeña calle, estaban húmedos, contagiados de un día lluvioso; desconsolados de ver el fin de un periodo de vida que se iba amontonando en un contenedor.
Calles Cuatro Reyes, Vidania, Villahermosa y "La Correría", junto a la calle Artigas. Un círculo urbano de juego infantil que ahora se me antoja tan pequeño como la palma de una mano y que en aquellos días de flequillo y pantalón corto, me parecía un fantástico mundo por explorar.
No, no me había perdido. Había venido a reencontrarme, reconciliarme y a enfrentarme al dolor que causa la ausencia y a un tiempo de inevitable pasar. Mal trago superado. Al fin y al cabo, no deja de ser mas que el simple guión de la vida.
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