martes, 6 de octubre de 2020

00928 Las Ensaladas Variadas

 COMO LA VIDA MISMA

Hoy, no sé por qué, me he levando un tanto gastronómico filosófico de andar por casa. Cuando me dispongo a preparar una ensalada variada, algo que acostumbro hacer con frecuencia y que me encanta, se me antoja como la vida misma. El resultado final para que sean unas ensaladas más agradables que otras y más sustanciosas, dependerá de los ingredientes que contengan y el aliño adecuado. Así también entiendo que es la vida. El devenir de los días estribará también en la disposición de los ingredientes en forma de actitudes, exigencias, aficiones, relaciones humanas, puntos de vista, sentimientos, comprensión, aceptación y el sinfín de componentes que queramos utilizar.

No hay una ensalada variada universal como tampoco hay un modelo de vida común para todos. Es algo muy personal. Es cuestión de gustos. Hay a quien con unas hojas de lechuga y un tomate partido le resulta más que suficiente para su disfrute. En en lado opuesto se sitúan quienes necesitan que su ensalada, su vida, sea rica en ingredientes y más compleja en su factura. También todo depende del momento. Hay instantes, periodos, en los que uno no quiere complicaciones y apuesta por lo básicamente seguro, frente a otros en los que se buscan nuevos ingredientes, otros riesgos o nuevas experiencias.


 Mientras estas cosas me digo, he preparado una ensalada sencilla y muy acorde al tiempo al que últimamente estoy suscrito bajo el lema "que la vida fluya". Nada premeditada y con ingredientes aleatorios que he visto por el frigorífico: lechuga, palitos de cangrejo y melón. El resultado, colorista, ligera, dulce y atractiva. Vamos, como debería ser la vida.
 


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