jueves, 22 de noviembre de 2018

00869 La Sansevieria

ESPADA DE SAN JORGE

Si la memoria no me falla, que todo puede ser, creo recordar que esta fue la primera planta que cuidé de manera personalizada cuando me independicé. Fue con ella y con alguna que otra especie de fácil cuidado con las que me inicié en el gusto y afición por las plantas.

Si fue la sansevieria y no otra, me imagino que sería porque es una de las plantas de interior más resistentes que hay. Lo aguanta y soporta todo, es una gran superviviente. Le da lo mismo el ambiente seco y caliente de las habitaciones, la escasa luz, el olvido del riego y el olvido en general. Siempre está allí con mayor o menor fortuna.

Llegué a tener un buen ejemplar cuyos "hijos" fui transplantando a otras macetas o regalando a quien me lo pedía. Con el tiempo conseguí una gran familia de sansevierias de decorativas y sobresalientes hojas.

Hace unos días me topé en mi caminar con una jardinera de hermosos y saludables ejemplares. Su visión me trasladó al salón de aquellos años en los que nos hicimos compañía y en los que su sola presencia relajaba la estancia con su alentador color y la caprichosa forma de sus hojas.

Intento ahora recordar qué fue de ellas cuando dejé el piso para emprender una nueva vida. No sé si se quedaron allí o les busqué otro cobijo. No recuerdo. No sé qué me da que van a volver a casa.

Por cierto, debido a sus hojas duras y punzantes, la sansevieria es conocida popularmente como "espada de San Jorge", "planta de la serpiente", "cola de lagarto" y "lengua de suegra".



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