lunes, 19 de noviembre de 2018

00865 Los Castillos de Arena

ARTE EFÍMERO


Me topé recientemente con él en una playa levantina. Me pareció, como tantos otros, una auténtica obra de arte nacida del esfuerzo, la destreza y la imaginación.

Siento admiración por la gente que hace estructuras de estas características. Me quito el sombrero ante ellos, yo, que lo más parecido que he hecho a un castillo de arena, ha sido unir cuatro torreones elaborados con un cubo de playa en mis días de vacaciones con hijas pequeñas, pala y rastrillo playero. Y mira que he intentado veces levantar en la arena alguna que otra floritura. Pero todo el esfuerzo ha sido torpe y baldío.

El autor de esta obra de arte se encontraba justo al lado de tan fantástica fortaleza de agua y arena. Autor y guardián. Me acerqué hasta él con el fin de solicitar su permiso y hacer unas fotografías al castillo. Me dio su consentimiento con la mirada. Realicé media docena de fotografías y deposité unas monedas en el cartón del artista. Mi hubiese gustado conversar con él, conocer algo de su existencia,  saber cuántas horas le llevaba levantar un castillo de arena, cómo aprendió, qué jornal a base de voluntades se podía sacar en un día... Pero no tenía tiempo. Mi paso por ese lugar, como el arte de este anónimo personaje, fue efímero. Apenas me dio tiempo de  pronunciar un gracias a cambio de una sonrisa complacida.



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