viernes, 16 de noviembre de 2018

00862 Un Buen Plato de Cebolla

SENCILLEZ EXTREMA


Mirando este plato de "monda y lironda" cebolla, me he acordado de una reciente conversación con una amiga y seguidora habitual de este caleidoscopio vital, según me comentó. Hacía tiempo que no nos veíamos y cogimos un buen "capazo", de esos que hacen historia. Tras ponernos al corriente de nuestras respectivas vidas, mi amiga sacó a colación este blog. Desconocía que fuera seguidora. Me adelantó que no acostumbra a dejar constancia de su paso por las páginas con los habituales "me gusta", que simplemente las lee y  toma nota de alguna que otra receta, sobre todo las que llevan el cuño de mi madre. Añadió también que se identificaba con la mayoría de las cosas aquí escritas y que por lo visto, compartimos muchos gustos.

No obstante, según me trasladó, había algo que le llamaba poderosamente la atención, y transcribo literalmente, "los bandazos que daba". En resumen, le sorprendía que tan pronto un día comparto una receta más o menos elaborada, como al día siguiente aparece por aquí un simple tomate con ajo o el lomo con queso y otro día una extraña mezcla de sabores. Le expliqué el objetivo de este blog, que ni mucho menos pretende ser un tratado gastronómico ni aportar nada al mundo, y el por qué de su razón de ser, que después de tres años, en nada se parece a cómo lo imaginé. Hicimos unas risas y "levantamos" el campamento callejero con el propósito de volver a vernos a no mucho tardar.

Risas que ahora vuelven a mi rostro al imaginar qué cara pondrá mi amiga cuando vea aquí un sencillo plato de cebolla con aceite y sal. Sí, es una de esas diez mil cosas que me gustan; un sencillo plato de cebolla con aceite y sal.

Un beso, amiga.




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