martes, 6 de febrero de 2018

00634 Siempre Aprendiendo

MOUSSE DE PATO CON QUESO DE MARÍA ENGRACIA


Cuando me reúno con mi hermana María Engracia, rara es la vez que no aprendo algo nuevo para luego incorporar a mi recetario de cocina. La receta que ahora traslado aquí es la última maravilla asimilada. Se la vi elaborar esta pasada noche vieja en Enciso, La Rioja, donde la familia decidimos despedir el 2017 y dar la bienvenida al nuevo año. Desde hace ya varios años, dada la cuadrilla que nos juntamos, decidimos no hacer cena al uso y que cada adulto asistente elabore una tapa. Entre pitos y flautas, y que la gente menuda en aquellos inicios de la idea ha ido creciendo e incorporado su arte, se suelen exponer en la mesa una veintena de tapas más que sugerentes.

Este año María Engracia se sumó al multitudinario encuentro familiar y algo me decía que iba a aportar algo sabroso y original. Y no me equivoqué. No recuerdo el nombre que le dio a semejante exquisitez, pero tampoco me importar mucho. Ya he comentado en varias ocasiones que tiendo a poner nombres propios a según que propuestas gastronómicas. María Engracia ya tiene adoptadas algunas, así que otra más. A esta la llamé, y así está escrito en mi particular recetario,  la "Mousse de pato con queso de María Engracia".

Así vi cómo la elaboraba: Forró con una hoja de film un molde y sobre él, extendió casi una lata de mousse de pato y oca. Sobre la mousse fue incorporando unas cucharadas de mermelada de vino tinto hasta cubrir toda la superficie y sobre este, unas rodajas de rulo de queso de cabra. A continuación, cubrió el queso con la mermelada de vino tinto,  para acabar con una nueva y generosa capa de mousse de pato y oca. Cerró el molde con el sobrante de la hoja de film y lo introdujo en la nevera por espacio de unas tres horas. Transcurrido este tiempo, lo sacó del frigorífico, lo desmoldó sobre una fuente y le echó por encima azúcar moreno que luego quemaría con un soplete. Para finalizar, dispuso en su entorno pan tostado de pasas.

¡Una pasada! Huelga decir que de las más de veinte tapas presentadas, creo que fue la primera en desaparecer del muestrario. Sabía que no defraudaría.













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