martes, 19 de septiembre de 2017

00528 Cuando la Luz se Abre Paso

INESPERADO HUÉSPED


Hubo un tiempo, hace muchos calendarios ya, que me inquietaba. Su visión me producía escalofríos y sin saber por qué, conseguía, sin yo ser consciente, que me recogiera como un ovillo. Pero con todo, el fenómeno natural, lejos de que me resultara indiferente, ejercía sobre mí una atracción especial. A pesar de la inquietud y del escalofrío que me atenazaban, mis ojos siempre buscaban un hueco entre mis dedos para contemplar tan magnífico espectáculo. Supongo que en mi zozobra algo tendrían que ver algunos libros de esa época infantil y la presencia ilustrada de  un enorme ojo que desde el cielo todo lo vigilaba y controlaba.

Ahora, cuando la luz se abre paso entre grises y un cielo apesadumbrado, no puedo dejar de sonreír  a aquel niño asustado ante tamaña demostración de fuerza vital y cálidas sensaciones. Más allá de la espesura de los días hay luz. Solo se precisa esperar, permanecer esperanzado a la llegada de su presencia. Llegará sin previo aviso, como el inesperado huésped que llama a tu puerta por sorpresa y lo ocupa todo solo con su trazada figura.

Ya no temo a la luz desparramada caída desde ese cielo que no alcanzo. Ya solo me sobrecogen los días sin esperanza.






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